Ariana se había enterado de que Frank le había propuesto a Alice casarse con él y no precisamente se enteró por su mejor amiga, si no, por los chismes que rondaban por el colegio, al escucharlo varias veces por ahí, regreso a su sala común en busca de los dueños de esos chismes, al entrar los busco por todos lados.
— James, ¿está Ali por aquí? — le pregunto al pasar cerca de él.
— ¿Me preguntas a mí? — soltó sin entender.
— Sí, ¿vez a otro llamado James cerca? — dijo como si fuera obvio, él miro alrededor y encogió los hombros.
— No tengo ni idea si este aquí, pero es hora de la comida, posiblemente este en el comedor — explico, James
— Tienes razón — se dirigió a la salida.
— Yo también voy para allá, ¿te acompaño? — le pregunto.
— Como quieras, no es como que me afecte sí vas conmigo o no — comentó abriendo la puerta para salir de la sala.
— ¡Oh!... eh, olvide que debo ir por... ehmm... Lily, iré por Lily — entró de nuevo a la sala común.
Ariana siguió su camino al comedor con remordimiento de cómo había tratado a James, no fue su intención, pero de igual manera había herido sus sentimientos, al llegar al gran salón observo a los tórtolos sentados juntos, entró golpeando el piso con sus pies, se sentó frente a ellos.
— ¿Saben que no pueden comprometerse sin que esté presente? — dijo apenas coloco su trasero en la banca, ellos se rieron ante la reacción de su amiga, tomo una taza y se sirvió un poco de té — no es legal, si yo no estaba presente no están comprometidos y punto.
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— Bien... — dijo, Frank busco algo cerca, tomo una manzana le quito la pequeña rama que sobresalía, agito su varita y se hizo un anillo.
— ¿De verdad lo harás? — comentó Ariana al ver la acción
— Dijiste que no estoy comprometido a menos que estés presente, aquí estas ahora y no puedo esperar más — tomo el anillo hecho de una rama y se hinco ante ella — Alice Lawler desde que te vi por primera vez sabía que jamás podría olvidar esa hermosa sonrisa y que quería tenerte a mi lado siempre... ¿te quieres casar conmigo?
— Sí, sí quiero casarme contigo — respondió, Alice con la misma emoción como si de la primera vez se tratase.
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