Las semanas pasaron como siempre lentas y aburridas con trabajos al montón, el año escolar está a punto de acabar, muchos estaban aliviados por eso otros no tanto como es el caso de Regulus Black que dejaría de ver a Carrie Collinwood por todo el verano ya que, sus padres no sabían de su relación con ella y esperaba que no se enteraran, pues no estarían contentos al respecto. Por días tuvo una rutina de ir por el bosque buscando flores ya que las del jardín no le agradaban para Carrie, caminaba y caminaba, hasta que encontró las perfectas y se las dio a Sirius para que se las entregará.
— Carrie... Carrie — la llamo al verla caminar al salón de Transformaciones — te las han mandado... — dijo dándole las tres flores.
— ¡Gracias! — las tomo para luego olerlas, ni siquiera pregunto de quien era pues ya lo sabía.
— Que lindas están, Carrie — le dijo Lily — se verían hermosas en tu cabello.
— ¿Crees? — le pregunto sonriente.
— Por supuesto — aseguro, Lily agitando su varita para luego apuntar al obsequió se hicieron hermosos broches con el capullo de las flores intactos — ponlos en tu cabello.
— ¡Sí! — exclamo, emocionada colocándose los broches — tenías razón se ven hermosas..
...
Después de que las clases terminarán, Carrie caminaba sonriente al lugar donde vería a Regulus, ahí estaba él, recargado en un árbol esperándola, cuando la observo a los lejos no pudo evitar sonreír.
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— ¿Te gustan? — le pregunto apenas llego a su lado.
— Me encantan... al igual que tú — la abrazo.
...
La nueva Sarah planeaba detalladamente su siguiente movimiento que era hacerle llegar la poción a Ginevra, no sabía en que convertirla, ni donde ponerla, así que, decidió seguirla en su tiempo libre para averiguar cómo sería mejor, se dio cuenta que a donde quiera que vaya ella siempre lleva un libro, pudo observar el título, "Encantamientos Avanzados".
— Wow... la niña es lista... — comentó mientras se alejaba, así poder comenzar a hacer la opción.
...
Días después ya había caído la noche, Sirius caminaba por los pasillos, ya que, había quedado con su hermano menor en encontrarse, al llegar platicaron unos minutos antes de que ambos se regresarán a sus respectivas salas comunes, Regulus le entrego un ramo de rosas.
— ¿Se las puedes entregar? — le pregunto mostrándolas.
— Te trae loco, ¿no? — soltó una pregunta antes de tomar las rosas y su hermano asintió — sabes que sí lo haré, no hace falta preguntarme... — las agarro cuidadosamente.
