Ya habían pasado varios días y en esos varios días, Jenna no había dormido ni un poco, cuando llegaba la hora de irse a dormir un increíble miedo la carcomía, cierra los ojos para descansar aunque sea un poco, pero al instante su constante pesadilla regresa, es perseguida por los pasillos del castillo y ella corre y corre sin poder alejarse del espectro que la sigue hasta que cae sobre el invernadero más grande de todos, el numero dos... lo más extraño de todo es que ese lugar está lleno de agua como sí de una piscina se tratase. Despierta sudada y sin haber pasado ni un minuto dormida, vuelve a intentarlo una y otra y otra vez con el mismo resultado, la hora de ir a desayunar se acerca, se levanta de su cama para darse un baño y así prepararse para salir de su habitación.
— Necesito dormir, maldición — susurró, al ver su reflejo en el espejo.
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...
En el comedor se encontraba Carrie junto a Lily esperando ver a Regulus entrar por la puerta como todos los días lo hace, extrañamente no entro a la hora que siempre lo hace, más sin embargo entro quince minutos después, Carrie no pudo evitar sonreír de oreja a oreja al verlo.
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— Hola, Carrie — dijo Regulus acercándose a ella sin preocuparse quien lo veía — te ves linda hoy — le dio un beso en la mejilla — nos vemos luego... — dijo para luego irse a su respectiva mesa.
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— Nos vemos — susurró, Carrie — ¿lo viste? — le pregunto a Lily vuelta loca de la emoción, su amiga soltó un pequeño grito.
— Quién no lo vio, esa debería ser la pregunta — exclamo, tomando su antebrazo para agitarlo de la alegría.
