Eres a quien amo

"Volví por tí "

Cuando intenta abrir los ojos, el dolor en el ojo derecho le impide abrir por completo ese, el dolor comienza a invadir su cuerpo, el frío del día lluvioso la hace temblar. Mira su alrededor y no hay más que escombros de un lado y del otro partes destrozadas de su molino.
Intentar moverse sería en vano, tiene​ ambas piernas lesionadas, una rota y la otra torcida, el brazo izquierdo está roto y el derecho con muchas heridas provocadas por astillas de madera. En el estómago una gran herida va dejando salir la sangre del cuerpo. Respirar es un martirio, porque debía tener mas de un par de costillas rotas, incluso tal vez alguna haya perforado algunos órganos. Sentía la sangre salir de su frente, sentía el ojo derecho realmente mal ya que apenas podía abrirlo, en verdad estaba muy mal herida, de seguro que dentro fe poco moriría.
Sentía las gotas de lluvia caer en su rostro, al igual que sentía la muerte muy cerca de ella.
Muchas preguntas comienzan a surgirle en la cabeza, la más redundante era "¿porqué?", ella no hizo nada malo nunca, siempre buscó ser una buena persona, no daño jamás a nadie y a pesar de eso, estaba ahí al borde de la muerte, abandonada y sola.
Mientras se sumergía en sus pensamientos, siente una presencia a lado suyo, voltea a ver y una sombra negra envuelta en humo, comienza a sumergir del suelo, va tomando forma hasta completarse.
-Se que no sabes quien soy- dice la sombra- me llamo Sun Moon Star o mas abreviado Sms- dice acercándose a su rostro.-soy un demonio.
Ella lo ve bien, tenía unos ojos rojos, grandes y redondos que brillaban como fuego, una cabeza redonda y un pico como boca, era todo negro, igual que la capa que colgaba en su espalda.
-¿Qué quieres de mí ?-pregunta ella con una voz muy débil.
-Quiero lo que Murdoc prometió darme- la mira amenazante- tu alma.
Ella abre los ojos, no entendía lo que ese demonio decía -no entiendo.
-Hace algunos años, Murdoc me vendió su alma y a cambio recibió fama y dinero- dice revoloteando alrededor de ella- el trato consistía en que dentro de un determinado tiempo yo volvería por su alma, luego de que él disfrutará todo lo que recibió ¿y que crees? -se acerca a su rostro- el plazo terminó hoy, pero como él no quería dejar ir la fama y todo lo que había logrado durante ese tiempo, me ofreció un trato- le acaricia el rostro- él me dió tu alma como anticipó.
-Es mentira, él no llegaría a tanto -dice ella comenzando a llorar.
-Lo hizo, por eso estoy aquí -la mira s los ojos- para llevarme tu alma- limpia la sangre de su mejilla- pero no puedo tocar tu preciada alma hasta que mueras, así que debo esperar.
-¿Porqué yo? -se queja ella entre lágrimas.
-Por que tienes un alma pura y limpia, eso es muy preciado para nosotros en el infierno- dice el demonio riendo a carcajadas.
Ella siente que su corazón se destroza, si algo de amor por Murdoc quedaba, este se acababa de desvanecer, el odio por él comenzaba a surgir en su lugar. Como pudo ser capaz de hacerle eso a ella que le había dado hasta su apellido, a ella que era su hija.
El demonio se le acerca más y le acaricia la cabeza con las manos, comienza a respirar mas profundo y continúa riendo.
El miedo se mezclaba con odio y deseos de venganza contra el hombre que la entregó como un objeto, contra ese hombre que la dejó tirada como basura a disposición de un demonio.
-Eres tan bonita -dice el demonio, luego la huele- y tan pura- ríe a carcajadas- ya quiero tocar tu alma y llevarla hasta lo más profundo del infierno- le dice.
Ella comienza a sentirse asustada, pensar en la idea de ir a parar en el infierno la comenzaba a asustar mucho. No quería morir, no quería ir al infierno pero ahora nadie podía ayudarla, estaba sola.
-Muere- le dice el demonio tocándole la herida del estómago y haciéndola gritar de dolor - muere pronto- continúa diciendo- ¡Muere! -grita levantando las manos.
De pronto siente un disparo en un brazo, retrocede atrás huyendo.
Ella se siente más débil, más muerta, gira la cabeza al otro lado y ve la figura de un hombre que dispara de nuevo contra aquel demonio.
-¡Aléjate de ella! -le ordena el hombre- ¡No dejaré que la toques!.
-¡Es mía! -grita el demonio e intenta acercarse al cuerpo desfalleciente de nuevo pero antes de hacerlo recibe otro disparo.
-No la dejaré morir- el hombre amenaza al demonio- así que vete.
El demonio muy molesto levanta las manos, mira al cielo y da un grito horrible para luego sumergirse en la profundidad de la tierra.
Ella vuelve a ver al hombre que intentaba salvarla, intentaba reconocer a su salvador, cierra los ojos y los abre de nuevo, aclarando su vista.
El hombre se acerca a ella y comienza a vendar sus heridas, le pone una inyección en el brazo para calmar el dolor y las hemorragias.
Ella intenta verle el rostro, cuando el la mira y le acaricia la cabeza puede verlo claramente- Señor Kyuzo- dice muy feliz.
Él le devuelve la sonrisa- si, soy yo - dice suavemente- volví por tí.