Capítulo Ocho

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Dos semanas antes de la huida de Arthur

Audrey estaba con sus compañeros en la universidad. Estaban en la biblioteca haciendo un trabajo. Cuando uno de ellos habla.

-no creo que esa mujer sea una maestra. –Julieta y Audrey miraron donde estaba mirando su amigo.

-¿Por qué lo dices? –preguntó Julieta.

-ha estado mirándonos hace mucho tiempo. –dijo Rick.

Audrey también estaba curiosa de lo que estaba pasando, la mujer no solo lo estaba mirando a ellos, si no que estaba mirando a ella. Julieta y Rick siguieron haciendo el trabajo, pero Audrey estaba curiosa de aquella mujer.

Los tres salieron de la biblioteca, el teléfono Julieta comenzó a sonar y ella luego les dijo a sus amigos que tenía que irse rápidamente. Rick le dijo a Audrey que tenía que ir a una clase.

Audrey se dirigió hacia al baño, cuando estaba saliendo ve que la mujer estaba lavándose las manos, Audrey no le tomo importancia y solo siguió haciendo lo que tenía que hacer. Ella se miró al espejo para arreglarse el cabello y vio que la mujer la estaba mirando hasta que sentido algo y se dio cuenta que era cara familiar.

-no sé quién eres, pero quiero sabes ¿Por qué me estás mirando? –Dijo Audrey.-La mujer tragó un poco de saliva y la miro.

-Audrey s....soy tu madre. –Audrey quedó muy sorprendida por lo que acaba de decirle aquella mujer. –sé que Arthur te dijo que estoy muerta, pero la verdad que estoy viva.

-si fuera así, ¿Qué tengo que ver? –Audrey es una chica muy dulce, pero cuando no le gusta algo ella puede ser la peor enemiga que puedes tener.

-hija siento mucho haberme ido. –Audrey sacó papel y se secó las manos.

-no soy tu hija, así que solo llámame Audrey por favor. –ella iba a decir algo, pero Audrey la detuvo. –no sé cuál fue tu motivo de irte y dejarme sola, pero ya no quiero seguir escuchando nada mas de ti.

-Audrey estás en peligro. –ella la quedó mirando y levantó las cejas.

-sabes, es mejor que te vayas, como lo has hecho todo mi vida. –Esmeralda se iba acercarse a Audrey pero se detuvo.

-lo siento mucho hi...Audrey. –Audrey no dijo nada más y salió del baño.

Cuando estaba caminando Audrey comenzó a caerle las lágrimas, no podía creer que la mujer que la estaba observando era su madre. Tome el autobús y se fue directamente a su casa. Su abuela estaba con su padre y la estaban esperando.

-Hola cariño. –dijo su padre. –Audrey que te pasa. –él se levantó y fue a verla.

-no es nada, solo me cayó un pajarito en el ojo y no me lo podía sacar. –su abuela la quedo mirando pero no dijo nada.

-¿Cómo fue tu día? –preguntó su abuela.

-quiero irme a mi habitación, hemos avanzado demasiado en el trabajo el día de hoy.

-¿Quieres comer algo?

-no, gracias yaya, solo quiero dormir un poco.

Audrey se fue a su habitación, ella dejó sus cosas en el suelo y luego se acostó en la cama, no quería llorar, pero lo que le estaba pasando le estaba doliendo el pecho y se puso a llorar pero coloco el cojín en su cara para que no la escucharan.

La madre de Audrey el dejo cuando ella era una niña, Arthur sabía que su mujer no iba a volver, ya que ambos habían discutido ya que ella se enteró de algunas cosas extraña que su esposo estaba haciendo con una persona mafiosa. Arthur le dijo a su hija que su madre había muerto, pero como Audrey no tenía recuerdo de su madre ella creyó todo lo que su padre y abuela le había dicho. Después Arthur tuvo una aventura con una mujer prostituta y ella quedó embarazada, para que los periodista no supieran quién era la madre del pequeño, pago a una mujer para que se pasara por la madre del pequeño, luego de dos años, la mujer se fue, bueno eso también estaba arreglado, ya que el famosos empresario Arthur Casanova no podía tener fallas.

La única que no sabía estas cosas era Audrey, ya que su padre le había mentido sobre la su propia historia, ella misma ya no sabía en qué creer.

Una semanas después.

Audrey estaba entrando a la universidad cuando escucha un auto, ella miró y vio que estaba bajando aquella mujer. Audrey no le tomó importancia hasta que ella se acercó.

-sé que no quieres hablar conmigo, pero quiero que tengas mi número de teléfono.

-sabe mi padre que estás aquí. –ella negó con la cabeza.

–solo quería saber cómo estabas.

-creo que he estado muy bien sin ti.

-no seas así conmigo Audrey.

-lo siento, pero no sé cómo tratarte, no sé quién eres y tampoco me importas.

-soy tu madre.

-mi madre ha muerto hace muchos años atrás.

-Audrey ya vamos a tener el tiempo de hablar de esto, pero lo primero quiero que te cuides.

-¿Qué estás hablando?

-Audrey por favor, si algo pasa, por favor y te lo digo enserio, por favor llámame rápidamente.

Audrey tomó el papel donde iba el número de teléfono, Esmeralda le sonrió y luego se fue al auto. Audrey se quedó mirando el auto hasta que desapareciera. Audrey guardó el papel en su bolsillo y luego se fue a su clase.

Después del encuentro del mafioso Miguel.

Audrey comenzó a buscar en su habitación el número de su madre, ella no la ha visto desde el día que ella le entregó su número, hasta que lo encontró y comenzó a llamarla. Cuando Esmeralda contestó Audrey le dijo todo lo que pasó.

Esmeralda al otro lado estaba muy tensa, ella sabía que su ex marido estaba haciendo algo, pero no pensó que el imbécil de Miguel le iba a cobrar la deuda a su hija. Esmeralda le dijo algunas cosas que tenía que hacer, pero Audrey le dijo que estaba siendo vigilada y no podía avisarle a la policía, Esmeralda comenzó a contarle algunas cosas que le iban ayudar cuando si se encontrara con un policía y no podía hablarle directamente.

-¿Cómo sabes estas cosas? –le preguntó Audrey. Esmeralda no sabía cómo decirle, pero ya no quería seguirle mintiendo.

-soy una detective encubierto.

-¡Qué! –Audrey se sentó en la cama, ya que no entendía lo que le estaba diciendo. -¿Cómo detective encubierto? ¿Papá lo sabía?

-él nunca lo supo. –ella se quedó en silencio. Sabía lo que su hija le iba a preguntar.

-nunca lo amaste.

-de un principio si ame a tu padre, pero cuando supe lo que estaba haciendo, fue mejor alejarme de él.

-no solo de él, también te alejaste de mí.

-y fue la peor decisión que he tomado en mi vida Audrey, si tuviera la oportunidad de volver el tiempo atrás.

-pero que lastimas ya no se puede.

Ambas se quedaron en silencio hasta que Audrey colgó el teléfono y luego se acostó en la cama, tenía muchas cosas que pensar desde este momento.

Espero que le guste el capítulo, no olvidar de comentar y votar.

Saludos a la distancia.

Misy Harrison. xxx

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