Señal (8)

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CAPITULO 8

Ahí estaba él, delante de mí, con su bastón, su barba de una semana, y su chaqueta marrón claro de abuelito que llevaba siempre. Lágrimas cayeron de mis ojos, hacia mucho tiempo que no me visitaba. Corrí a abrazarle y él me continuó el abrazo.

-Cuanto tiempo Anita.

-Te he echado mucho de menos, hace mucho que no te veo por aquí.

-Tenía que visitar a Dani.

-Ah sí, ¿Cómo está?

-No sé, dímelo tú, al fin y al cabo lo conoces tú mejor.

-¿Cómo voy a conocerlo yo mejor que su propio padre? -Reí.- Aún no me creo que seas el padre de Daniel Fernández Delgado y me vengas a visitar a mis sueños.

-Jajajaja, ya te lo he dicho muchas veces, estás destinada a estar con mi hijo Dani.

-Siempre me ha gustado eso, pero él ya tiene novia.

-Que va, sólo hace como que tiene porque se piensa que todas las tías se le van a tirar encima. Es muy creído la verdad.

-¿Pero qué dices? Si es súper monoso.

-Sigues sin enterarte eh Anita. -Me sonrió.-

-¿Enterarme de qué?

-De nada, ya te darás cuenta tú solita.

-Pero no, ¡no te vayas!

-Tengo que ir a decirle a Dani que se deje de tonterías y que te pida por fin salir en condiciones, si no estoy seguro de que ese cabeza dura no se atreverá nunca.

-Pero yo...

Entonces desapareció entre neblinas de mi mente. Adoraba esos sueños en los que podía hablar con él.

Uff y justo me desperté.

-Ana.

-¿Qué quieres Fede?

-Te ha llamado una amiga.

-¿Quién?

-¿Quién eres? -Dijo al teléfono.- Araceli.

Cuando me lo dijo pegue un bote y me levanté de la cama. Cogí el teléfono.

-Hola Araceli. ¿Qué pasa?

-Era para recordarte que hoy no hay clases, que ya te veo capaz de ir, tarde, pero irías. -Ella se empezó a reír.-

-Igualmente hoy tenía pensado hacer pellas para comprar las cosas así que no iba a ir de todas formas.

-¿Quedamos y nos compramos las cosas juntas?

-Vale. A las 12:15 en la puerta del centro comercial.

-¿¡A las 12:15!? Qué piensas hacer que necesitas 4 horas.

-Dormir, hala adiós mi auryner.

-Adew perezosa.

Colgué el teléfono y me volví a acostar en la cama, pero no sin antes gritar:

-¡Fede, hoy no como en casa!

-¡Vale!

*me dormí**3h y 30min más tarde*

-Ñeee, que sueño. -Me desperecé.-

-¡Acha tú! ¡Levanta!

-¿Qué hora es? -Dije aún adormecida.-

-Las 11:45.

-¿Y qué haces tú aquí?

-He venido a tirarme a tu hermano, ¿tú qué crees?

-Ja-ja, que graciosa.

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