Un concierto unos ojos caribe y un lío amoroso (14) 1/2

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CAPITULO 14
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Narra Pastel
-¿Me dejas que grite? ¿O te da vergüenza? -Le pregunté por si acaso, toda emocionada.-
-Grita todo lo que quieras mi amor -me dedicó una sonrisa-.
-¡¡¡¡¡Aaaaaaahhhhhhh!!!!! -Casi salté de la ilusión que me hacia verlos por fin.-
Había pasado un año desde la última firma a la que fui, y del último concierto hacia 7 meses. Y mi niño no hacía otra cosa que traerme a un concierto privado de Auryn sabiendo que tendrá que soportar mis gritos. Lo que yo decía cuando lo conocí, puro amor incondicional hacia él.
-¿Mi amor?
-¿Si? -Se giró hacia mí.-
-Te amo.
-Y yo a ti.
Le abracé, y entramos a la sala enseñando nuestros pases que funcionaban de entrada al guarda que había en la puerta.
Una vez dentro me cogí el sillón que estaba justo justo en frente de el escenario, cuanto más cerca de ellos mejor.
Empezó a entrar la gente, algunas auryners con sus padres, otras en grupos, pero nadie se sentaba en MI sofá. Una de ellas se quiso sentar en el reposa brazos pero David hizo como si estornudara hacia ella y esta se apartó.
También habían algunos aurynerboys, todos muy monos, pero ninguno como mi chico.
Cuando por fin se apagaron las luces reprimí un grito de emoción, por lo que David me abrazó.
-No te emociones mucho eh.
-No te prometo nada -le saqué la lengua-.
-¡Hola a todos chicos! -Saludó Danielo desde la pequeña plataforma que actuaba de escenario.-
Todos gritamos un "hola" cariñoso, a lo que Dani nos dedicó una hermosa sonrisa.
-Bueno, antes de que salgan más ladrones de Cola Cao de detrás de la cortina -nos guiñó un ojo-, quisiera presentaros a nuestras teloneras y amigas -hice una mueca de asco, porque conocía el nombre que diría a continuación-, ¡Sweet California!
Muchas de las auryners gritaron y algunos aurynerboys intercambiaron miradas pícaras, supuse que era por lo ligeras de ropa que iban siempre, pero yo no me rebajé siquiera a aplaudir la penosa entrada de aquellas "cantantes".
-¡Hola chicos! -Saludó Alba.-
¿Cómo no? Estas vienen a lo que vienen; a por los críos.
-Dios, que mal me caen -le murmuré a David-.
-¿Por qué? -Curioseó.-
-No lo sé, simplemente, no me gustan.
-Deberías aprender a no juzgar un libro por la portada.
-Lo dice el que no se leyó el libro de Juego de Tronos porque tenía una portada muy fea en aquella edición -carcajeé-.
-Es que no me hacía ilusión gastarme 20 euros en un libro con una portada poco llamativa, para eso me esperaba a la siguiente -se quiso defender-.
-Ya, claro -ironicé-, bueno, dejemos el tema.
-Va -me sonrió, y me dio un ligero beso en los labios-, tú ganas cielo.
-Lo sé, y por eso te quiero -le devolví el beso-.
* * * * *
Una vez las "Sweh Californiah" terminaron de cantar "This is the life", por fin salieron los chicos.
-¡Hola! -Empezó Álvaro.-
-Ñeeeeeee -salió Blas de la cortina pegándose con Carlos a lo niña pequeña-.
-Ñiñiñiñiñi -le siguió Carlos-.
-Ñeeee... ¿eh? -Blas se giró hacia nosotros extrañado, entonces Carlos aprovechó para pegarle un amistoso guantazo- ¡Eh! -Esta vez fue él quien efectuó el golpe, que fue a parar a la cara de David.
Carlos se había agachado para evitar el golpe y ahora se reía de la cara de dolor que había puesto su hermano al recibir tal guantazo.
¡Aaahh! ¡Mi Pastelito!
-¡David! -Grité sin querer.-
De repente todos se voltearon a verme, incluso mi niño que estaba sentado a mi lado se giró hacia mí.
David me miró desde el escenario y me sonrió mientras se frotaba la mejilla herida con la mano, juro que en ese momento me quería morir de la vergüenza.
-Bueno -dijo Dani-, dejando a parte las estupideces de estos -los señaló-, ¿quién quiere algo de música?
Todos gritaron menos yo, que aún estaba avergonzada por mi grito. Entonces noté unas manos en mis hombros, que me frotaban los brazos intentando infundirme calor.
-Gracias mi niño.
-Da nada preciosa.
* * * * *
Estuvieron cantando durante 2 horas, en las que les dio tiempo a cantar casi todo el disco de Anti-Héroes y algunas canciones de Endless Road 7058.
Cuando ya pensé que se iba a acabar, David se levantó de su taburete y cogió el micrófono inalámbrico.
-A ver, esto no lo hacemos muy a menudo, pero hoy me gustaría, si a vosotros no os importa chicos -se giró para mirarlos, una vez ellos le hubieron dado su consentimiento volvió la vista a nosotros-, que alguien subiera al escenario.
Todo el salón se llenó de gritos, de gente levantada intentando alzar la mano lo más alto posible para que se le viese más y así le escogieran. Yo, por el contrario, me quedé acurrucada en el sillón al lado de mi niño, intentando olvidar aún el suceso al principio del concierto.
Aún habiendo pasado vergüenza por aquel desafortunado grito, había cantado todas y cada una de las canciones, con David a mi lado grabándome para luego enviárselo a mi madre.
Una vez todo el salón estuvo de nuevo en calma, el Pastelito volvió a hablar.
-Aún así, ya tengo pensado quien quiero que suba conmigo a cantar.
Ahora si que había un completo silencio en la sala.
-¿Me dejarías robarte a la chica dos minutos? -Preguntó al chico que se hallaba sentado a mi lado, abrazando mis hombros.-
-Claro, siempre que me la devuelvas después -respondió sonriendo falsamente, aunque muy bien disimulado, mi niño-.
Yo aún no me lo creía, no procesaba la información, no conseguía entender porque David de Auryn estaba en frente de mi con su mano extendida esperando sujetar la mía.
Entonces desperté del trance y le tendí mi mano con una sonrisa sincera y nerviosa. Él sonrió y me agarró con fuerza, me guió al escenario mientras yo sentía miradas afiladas como cuchillos por la envidia pero solo una que parecía una caricia, un escalofrío me recorrió toda la espalda desde la punta de la columna vertebral hasta la nuca. Me giré para ver quién era aquella persona que me acariciaba suavemente con la mirada hasta hacerme sonrojar, con una ligera idea, bastante obvia, de quién seria, dirigí mi mirada al sofá donde se sentaba mi niño. Sonreí al verle mirar en nuestra direccion, pero... no me miraba a mí, miraba a mi pastelito y lo miraba como con celos.
Entonces se paró el tiempo.
En otra circunstancia me habría mordido el labio porque amaba ver como se ponía cuando estaba celoso, pero en esta ocasión no tuve tiempo de pensar siquiera en eso, porque, si no había sido él el que me había hecho estremecer, ¿¿quién carajos había sido??
Examiné los cuerpos inmóviles de la sala, casi todos eran chicas que señalaban al escenario con cara frenética, otras me miraban con envidia pura en los ojos y muy pocas me dedicaban miradas compasivas, como si me desearan suerte para que todo me saliera bien. A parte habían algunos gorilas en las puertas de espaldas a todos nosotros, un par de chicos sacando una botella de refresco de la máquina espendedora y... ¡Él!
Un chico alto, de pelo castaño y liso a la vez que largo, con unos frios ojos azules y una sudadera negra con la capucha subida.
Un mechón de pelo le tapaba los ojos pero dejaba entrever entre los finos cabellos de su flequillo uno de sus penetrantes ojos caribe. Entonces otra sacudida me recorrió el cuerpo y volví a la realidad: David tirando de mí hacia el escenario, el chico de los ojos azules apartando la mirada y mi niño estrangulando a David mentalmente.
Una vez arriba, miré a los ojos a mi Pastelito, a esos ojos marrones que desprendían calidez con sólo una mirada, entonces todo el frío que había sentido con la gélida mirada del otro chico se esfumó dando paso a una sensación de unos brazos invisibles arropándome.
Después miré a mi niño, que por fin había dejado de pensar en las 100 mejores maneras de matar a un famoso y me miraba con una enorme sonrisa en la cara.
Por un lado tenía a mi Pastelito, con el que había soñado innumerables veces besar y estar así de cerca de él por más de 2 minutos seguidos, en el escenario.
Y por el lado contrario estaba mi niño, el que hacía de Pitufo y King Kong a la vez, con el que llevaba saliendo 3 felices años y con el que ahora compartía piso de pareja.
Dejé de lado toda distracción que no estuviera en el escenario y me senté en la banqueta próxima a la de mi "Deivid" que habían puesto unos tramollistas. David me tendió un micrófono de repuesto y explicó.
-Bueno, ahora, al lado de esta preciosa auryner, queríamos cantar una canción muy especial, que, obviamente, hoy va dedicada a ti.
-Sin más dilación -continuó Dani-, porque sabemos que cuando David se pone cursi...
-Es demasiado Pasteloso -le interrumpió un sonriente Carlos-...
-¡Me gusta! -Dijo Blas.-
-Aw, tu también me gustas hermano.
David se levantó a abrazar al chiquitito, que estaba a mi otro lado, pero este se apartó riéndose.
-¡Tu no! La canción.
-Ah.
Todos rieron y comenzó la música inicial.
Entonces me concentré en cantar bien y en no cagarla delante del hombre de mi vida. Espera...
¿Cuál de los dos David era el hombre de mi vida?
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¿Qué os ha parecido el cap? :))
Se agradecen votos y comentarios, acepto todo tipo de críticas, pero prefiero las constructivas:)
Besos, Wolfie <3

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