XV

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Nahuel Pov's 

- ¿Por qué pensás que va a cumplir con su amenaza?

-¿Tal vez porque es un enfermo? 

Estábamos en la casa de Sergio hablando nuevamente sobre la amenaza hacia Macarena. Eso sumado a que nos encontramos en plena temporada de parciales, decisivos para mi si quería ganar la beca a Europa, no me dejaban dormir. Mi vida no estaba siendo de lo más divertida.

Nos habíamos pasado todo el jueves estudiando para los parciales que se aproximaban. Parciales que para mí eran decisivos, ya que influyen directamente sobre mi beca a Europa.

-Que extraño me pareció lo de Soledad, parecía una chica tan feliz- Hablo Seba, mientras le daba un sorbo a la cerveza- Es más, creí que lo de ustedes iba en serio.

Los demás asintieron, yo no hice más que reír.

-La quería, pero no iba más allá de eso.-Suspiré- Pensé que era mutuo, hasta que intentó que me haga cargo de un bebé que no era mío.

Sergio, como cada vez que hablábamos del tema, tuvo una mini convulsión.

-Por Dios amigo, casi te perdemos.

-Nahuel cambiando pañales, nunca lo hubiera imaginado- Hablo Seba entre risas. Como no podía ser de otra forma, él y Sergio comenzaron a divertirse a mi costa haciendo mímicas sobre cómo cambiaría un pañal, haría dormir al bebé o éste me vomitaría. En esas situaciones yo había aprendido a hacer oídos sordos y concentrarme en mi mente.

Había pasado casi un mes del incidente, sin embargo aún estaba en mi cabeza. Mi día se basaba en estudiar, dormir y pensar en cómo ayudar a Macarena. 

No, aún no le había dicho nada.

Su rutina no era muy distinta que la mía. En vez de estudiar daba clases particulares, lo que le consumía el mismo tiempo. Le estaba yendo muy bien en eso, pero aún la frustraba no decidirse por una carrera.

Sumido en mis pensamientos no noté que Jorge intentaba llamar mi atención. Una vez que nuestras miradas se conectaron él se inclinó sobre su silla para estar más cerca mío, haciendo que un par de rulos negro azabache cayeran sobre su frente.

-Cuando mi hermanita empezó a desarrollarse, si sabes a lo que me refiero, me volvía loco al pensar que algún idiota le grite cosas por la calle, o que intenten hacerle algo.

Suspiró con pesar. Su "hermanita" tenía 16 años, si no me equivoco.

-Sabía que no era su culpa, me enojaba la mierda de sociedad en la que vivimos. No dejarla salir no era la solución y no podía seguirla a todos lados. Bueno, si podía hacerlo, pero a ella no le hacía gracia. Sabía que cuidarla siempre no la ayudaba realmente, pero no entendía por qué. Como te pasa a vos ahora.

Paró para tomar un largo trago de cerveza y me ofreció el vaso. Yo lo deje a un lado, mi idea era seguir estudiando al día siguiente, no quería emborracharme ni por asomo.

-Y le pusiste un cinturón de castidad?

Casi escupe toda la cerveza.

-No- dijo entre risas- Tampoco era la idea, por suerte nunca fui así, quizá por no vivir con mi padre o... no lo se. La cuestión es que le conté a mi madre mi preocupación y ella me dijo algo que seguramente te va a servir a vos.- Se sentó derecho en su silla, como si fuera a citar a un prócer o algo parecido- Me dijo "Si la sobreproteges la perjudicas más, tenemos que darle herramientas para que pueda vivir en este mundo sin la ayuda de nadie"- Volvió a desarmar la rigidez de su espalda con una sonrisa- Creo que lo había leído en una revista o algo así, pero me sirvió.

Dale a tu cuerpo alegría, Macarena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora