XX

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A veces las personas hacemos o decimos cosas que no queremos. Pero es difícil no hacerlas. Sea cual sea la razón, ahí estamos: dando el paso que nos llevará a la perdición.

Bueno, quizá no a la perdición, pero es algo de lo que sabemos que pronto nos arrepentiremos.

Ahí estaba yo: arrepintiendome. Y dentro mío oía una voz que me decía que iban a haber más cosas por las cuales querer volver el tiempo atrás. 

Una parte de mí aún estaba anonadado por la huida repentina de Nahuel. La parte opuesta solo quería buscarlo y pedirle una explicación. Y una tercera parte, la que era más yo que aquellas dos juntas, solo quería ingerir alcohol. 

Más del ingerido con anterioridad.

Me levanté del sillón con pesar, las parejas a mi alrededor seguían con su sesión de besos y manoseo. Qué envidia. Caminé, como pude, hacia la barra más cercana. Como a esta hora de la madrugada éste espacio solo se utilizaba para quienes tenían con quien besarse, el barman no tenía nada de trabajo, sólo estaba apoyado sobre la barra jugando con su celular.

Apoyé mis brazos sobre la madera y llame su atención con mis manos.

-Holaaaa- Grité sobre la música para hacerme oír. El barman, un chico pálido de contextura delgada, me sonrió en señal de que le diga lo que quería.- Quiero un trago.- Genial Macarena,  tu CI subió un 20%. El barman, a quien a partir de ahora llamaré "Vampi" se inclino sobre la barra para estar más de cerca:

-Te puedo preparar lo que quieras.- ¿Vampi estaba coqueteando conmigo? Genial.

-¿Tenés algo para volver el tiempo atrás?- NO COQUETEES CONMIGO, dije entre líneas. En serio, Vampi era lindo y todo, pero yo solo queria ahogarme en alcohol fuerte y asqueroso.

-Te ves triste.

-Me acaban de dejar- Esperen, eso no tenía sentido- Es decir, terminó algo que nunca empezó. Me rechazaron. Me mandaron a la friendzone, no se como explicarlo...

Vampi me miró con tristeza, algo me decía que entendía a lo que me estaba refiriendo. Luego, una sonrisa fugaz cruzó su rostro y se giró. Sus manos tocaron 5 botellas distintas de alcohol en menos de 3 minutos. Cuando volvió a girarse su sonrisa iluminaba todo su rostro, y llevaba en sus manos dos grandes vasos llenos de un líquido oscuro. Dejó uno justo frente a mis ojos. Lo agarré, dudando.

-No me vas a drogar, ¿verdad?

Sin dejar de sonreír, Vampi me indicó que me sentara en una de esas sillas altas, así podía oírlo mejor. Cuando estuve acomodada me habló al oído. No tenía que estirarse ni gritar, su boca llegaba perfectamente a mi oreja. Lo escuché con atención:

-¿Ves esa chica de allá?- Señaló hacia uno de los sillones, una chica de vestido negro ajustado se besaba con un chico de camisa rosa- Es mi ex- mis ojos se abrieron como platos- La dejé ayer, porque sospechaba que me estaba engañando. Estuvo toda la noche ahí...supongo que tenía razón.

Mis ojos viajaban de Vampi hacia la chica y de ella de nuevo hacia Vampi, no podía articular palabra.

-Mientras hubo gente no tenía problema, solo tenía que hacer mi trabajo y ya- continuó- pero hace media hora que no sube nadie acá si no es para toquetearse. Los demás días es divertido, no lo niego. Pero hoy...solo quiero emborracharme y salir de este lugar.

No podía creer la maldad de las personas. Vampi con el corazón roto había ablandado el mío. De repente no me sentía taaaaaan desgraciada.

-Se que vos queres lo mismo- Me dijo volteandose hacia mi. Su cara ya no se iluminaba con una sonrisa, estaba serio y se veía realmente tétrico con las luces del lugar. De todas formas no me daba miedo, tampoco lástima. Sentía algo raro que no lograba identificar.

Dale a tu cuerpo alegría, Macarena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora