Sebas se convirtió en un gran compañero: venía a casa, miramos tele juntos, merendamos, hablamos de él y mi mejor amiga e, inevitablemente, el tema de conversación "Nahuel" también estaba incluido. Mi nuevo amigo se había indignado tanto con su viejo amigo que incluso me visitaba más a mi que a él.
-Esto te va a traer serios problemas, sabías no?- Le dije un martes que se apareció en mi casa con facturas para la merienda.
-No me importa.
-Pero ustedes son amigos...
-Un amigo te llama de vez en cuando para ver cómo estás- Lo miré sin comprender- Si, no sos la unica a la que Nahuel está ignorando.
-Pero...¿Por qué?
-Por que es un idiota...
Decidí no profundizar más en el tema, a pesar de que me sentía un poco culpable. No quería ser la causa de una amistad rota, pero al mismo tiempo, yo no había hecho nada, si Nahuel no tenía la capacidad de conservar amistades no era mi culpa. El problema surgió después, cuando Sebas no solo llegó con facturas:
-¡Macarena Queen!- Era viernes a la noche y yo ya estaba en pijama, así atendí la puerta. Sergio, Jorge y Sebas se amontonaban en la puerta para ver quien me abrazaba primero.
-Chicos- Dije con más duda que emoción en mi voz ¿Qué carajos estaba pasando? Deje que entraran, cada uno venía con su mochila cargada y tintineante.- ¿Por qué la sorpresa?
-Te vamos a secuestrar- Esta vez fue Sergio quien habló.
Los miré a los tres, anonadada, todavía no entendía qué estaba pasando. Los mejores amigos de Nahuel en mi comedor, vestidos y perfumados, con la mochila llena de botellas, que presumo son de alcohol, parados mirándome con demasiada alegría.
-¿Tengo que empezar a correr o algo?
Sebas se río, los demás chicos se sentaron alrededor de la mesa al tiempo que me explicaban.
-Es viernes, y hace mucho que no salís.- Dijo Sergio.
-Queremos devolverle vida a ese cuerpo, Maca.- Esta vez Jorge habló.
-¿Cómo saben que no tengo planes para esta noche?
Seba, riéndo, se me acercó y apoyó su mano sobre mi hombro:
-Maca, pequeña, ya tenés puesto tu pijama rosa de felpa, eso significa Netflix toda la noche. No voy a permitir que pases otro fin de semana así.
-Pero me gusta estár así...- Eso no era cierto, pero me daba un poco de vergüenza esta misión de "Rescatemos a Macarena de la depresión".
-Creo que tenemos que llamarla- Dijo Jorge, no me estaba hablando a mí, había un código implícito entre ellos. Mi rostro reflejó la duda. Sebas sacó su celular y me lo dio luego de marcar un número. Cuando lo tomé con mis manos pude leer un pequeño nombre en la pantalla: CrisBebé.
oh no...
¿Por qué no me imaginé que ella estaba detrás de todo esto?
Cris contestó al segundo tono:
-¿Por qué no me sorprende que te estés negando a la diversión?
-¿Por qué no me sorprende que me quieras controlar mi vida aún estando a kilómetros de distancia?- Grité al teléfono. Esta mujer me exasperaba.
Para tener más privacidad, y poder insultar a mi amiga tranquila, fui hasta mi habitación y cerré la puerta.
-Amiga, te estoy salvando de vos misma.- Puse los ojos en blanco al oír eso, ¿Será posible que siempre exagera todo?
-No necesito ser salvada.
-Ni nicisito sir salvidi- Me hizo burlas. En vez de enojarme, me reí.
-Basta, en serio. Me haces sentir patética. Los chicos acá, yo en pijama.
-¿El rosa de felpita?
-Si- Contesté de mala gana.
-Amo ese pijama
-Yo igual, pero ahora me lo tengo que sacar para morir de frío en algún lugar de la ciudad...
No me indignaba tener que salir, o que ellos estén acá. Me ponía triste saber que era algo que realmente quería hacer. Me estaban salvando, literal. No se cuantas noches más de netflix iba a soportar mi salud mental. Quería divertirme, conocer gente, bailar hasta el amanecer, aunque eso signifique pasar un poco de frío. Nunca fui de esas chicas que se quedan en casa, me gustaba salir, lo que me hacía sentir patética era que sean ellos los que me hagan salir de este estado.
-Maca, te conozco, morís de ganas de acompañar a los chicos.
-Ni siquiera son mis amigos, si estuvieran ustedes...
-Se qué nos extrañas, pero tu lugar es allá. Y ellos te aprecian, sino no estarían ahí con vos...
-Están acá conmigo porque vos se lo pediste...
-Error, yo solo se lo pedí a Seba, los demás están ahí porque saben que una noche con vos es inolvidable. Maca, sabes como divertirte, deja a un lado la vergüenza, ponete ese top rojo que resalta tus...ojos, y salí a reventar la noche.
Cristina tenía razón, no podía esconderme más tiempo y dejar que mi juventud se desperdicie porque un idiota no quería estar conmigo. Le agradecí, era como una amiga-mamá, siempre sabía el consejo exacto para darme. Fui decidida hasta la cocina para enfrentarme a los chicos.
-Tengo dos preguntas.- Los tres me miraron con los ojos muy abiertos.
-¿Esto no es un plan para que hable con Nahuel, verdad?
Jorge fue el primer en responder: -Para nada, él va a salir con amigos de la universidad.
Me miraron expectantes. La verdad es que la idea de no cruzarlo me daba más ánimos.
-¿Y la segunda pregunta?
Los mire a cada uno, si estaban ahí era porque realmente querían que esté bien. Les sonreí, los sentía mis amigos.
-¿Puedo ser la DJ de la previa?
Los tres se pararon al mismo tiempo de la silla gritando y vitoreando mi nombre, saltaron y me abrazaron como si estuvieran festejando un gol. Realmente será una muy buena noche.
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Dale a tu cuerpo alegría, Macarena.
Chick-Lit¿Cómo ser joven en el siglo XXI? #102 en chick lit el 12/4/2017 #91 en chick lit el 26/5/2017 #6 en novelaargentina. Acabo de entrar por casualidad y me encuentro con esta sorpresa hermosa! Gracias a les que leen, y prometo terminar esta hist...