Mil y un poemas en silencio #TDA2017

64 - Mujer

Antes de iniciar quiero agradecer con todo mi corazón a LaObstinada por haber leído todos los capítulos de mi obra; por las críticas y la recomendación en su libro : "Recomendaciones y Críticas", estuve revisando su trabajo y no es la típica, que te llena de lisonjeos, pues si algo está mal te lo dice; claro es solo una opinión, pero a veces necesitamos de un valor de juicio de alguien y no para que esto nos desanime o nos enarbole en demasía nuestro ego, sin embargo no está por demás.
Recomiendo su libro, hagan sus pedidos por sobre todo no demora y cumple con analizar de manera general los escritos y dar su punto de vista. Gracias Coraline.

Ahora sí, hoy 8 de marzo , el poema 64

Intento esculpir con cierta esperanza un verso que sea digno de tu mirada;

Cómo delinear lo inefable, cómo darle forma a la fuerza sutil y etérea que impulsa mis versos.

La melodía de un recuerdo me susurra que solo disfrutando de tu presencia, logramos entender el porqué sentenció Dios, que no era bueno que el hombre esté solo.

Que no es necesario besar a tantas mujeres para tocar el cielo, con los labios de una sola, basta.

Entender que así cambies de humor mil veces, tu honestidad sigue siendo blanca y traslúcida.

Saber que tu misteriosa y compleja forma de ser me embelesa infinitamente y te hace más irresistible.

Tú que tienes el poder de apagar mi ira con una sonrisa y apaciguar mis perturbaciones con una mirada

Tu silenciosa valentía y tu inmensurable fuerza, se esconde en una sutil sumisión, solo para no herir mi virilidad.

Tu sabiduría camuflada en tu sencillez y tu silencio como el mundo más expresivo de tu ser.

Tu dolor parapetado en una blanca sonrisa y cubierto por un "estoy bien"

Tu abnegación sublime y tu resiliencia coronan tu alma y engordan mi admiración hacia ti.

Entender tus paradojas peculiares, tu lenguaje sutil, tus lágrimas casi por todo y sobre tus dulces regaños; es utópico.

Una mirada es suficiente para sonrojar mi alma, una palabra, para descansar mis agobios, tu silencio para escuchar tu dolor, tus besos para curar mis heridas y toda una vida para amarte y agradecer a Dios por haberte conocido.

Un homenaje eterno, un jardín en su mesa, un libro de poemas recubierto en chocolate, una bendición escondida en tu almohada y mi corazón bailando en tu regazo para susurrarte con ambrosía: felicidades en tu día.