La Historia De Mi Vida

Traición

Regresé con el maestro y al entrar todos sus seguidores me miraron asombrados, claramente no esperaban que regresara.

Me arrodillé delante del maestro y le entregé el contenedor.

-Felicidades demostraste ser una buena discípula- dijo serio.

-Gracias maestro- dije orgullosa de mi misma.

-Pero hay un problema- dijo el levantándose.

Mi expresión cambió por completo.

-¿u... un problema?- dije tartamudeando.

-Si. Me decepciona que no hayas podido con las tortugas y que tuvieras que escapar - dijo caminando lentamente alrededor de mi.

-¡No escape de ellos! ¡Pude haberme quedado a pelear y acabar con ellos! Pero...!!- dije casi gritando.

-Pero no lo hiciste- dijo dándose la media vuelta y mirando hacia la ventana- Esto es lo que más me decepciona – dijo lentamente- Tantos años entrenándote para que me salgas con esto – me percate que tenía algo en la mano y me lo lanzó a los pies.

Observo el objeto que me lanzó y lo reconozco.

Un marco de foto viejo y en la foto, una familia.

Mi familia.

Otro recuerdo llega a mi mente.

"Ese mismo marco en un lugar que no reconozco, pero se oye una voz de alguien que cuenta una historia"

Regreso a la realidad.

-Maestro, no comprendo porque me muestra esto- dije confundida.

-Está claro que no sabes quién es la pequeña niña de la foto,¿ o si?- dijo y sonrió falsamente.

Vuelvo a mirar la foto, está claro que soy yo.

-No maestro- dije tratando de sonar segura.

-Si eso suponía, ¡voltea la foto!- dijo gritando.

Atrás de la foto decía "para mi querida hija: Tamiko"

Me quedé sin habla.

-Estuve investigando los registros históricos de Japón, y uno reciente llamó mi atención- dijo volteando a verme a los ojos - en el se mencionaba un nombre y lo busqué. Adivina que me salió.-

Seguía en silencio, cualquier cosa que fuera a decirme me involucraba a mi.

-Una niña llamada Tamiko- continuo el maestro- Nació en Japón pero tiene origen estadounidense, nació el 11 de noviembre, es huérfana, tiene 3 hermanos y lo más interesante es... que sus padres murieron en un ataque nuclear y ella sobrevivió-.

-No le veo el punto- dije susurrando.

-Tu eres esa niña.-dijo con voz amenazante.

Tenía miedo de que pudiera decirme o hacerme algo asi que empezé a planear mi escape.

-Eso significa que sabes lo que pasó ese día - me miró fijamente.

Si sabía lo que había pasado, de hecho después del accidente investigué acerca de él y quien fue el responsable, era obvio que yo quería venganza pero no descubrí quien fue.

-Así que lo sabes y eso solo queda una cosa por hacer-dijo acercándose a mí.

Lo miré asustada.

-Eliminarte.- dijo y chasqueó los dedos.

Todos los seguidores del maestro me atacaron y tuve que luchar contra ellos, pero eran demasiados. Me sometieron y cuando llego uno con una katana, lo único que pude pensar fue como escapar, fueron los 3 segundos más largos del mundo.

Uno. Sólo oigo mi respiración.

Dos. Veo todo en cámara lenta.

Tres. Un ruido de cristal rompiéndose.

Todos los que me estaban sosteniendo, me sueltan y se voltean hacia la ventana.

El maestro se giró violentamente hacia Leonardo y lo atacó. Leonardo es seguido por sus hermanos que van peleando contra los seguidores del maestro.

-¡siiiiiiii! ¡Cowabunga!- gritó el de naranja que creo que se llama Mikey -¡booyakasha!- gritó.

Todos empezaron a pelear y yo los observaba. Las tortugas estaban luchando como equipo.

Salían los seguidores volando por todos lados, solo se oían quejidos de parte de los seguidores y respuestas sarcásticas de parte de los contrincantes tortugas.

Era extraño para mí porque toda mi vida, si no es que la mayoría de ella, he vivido separada de los demás, hasta de mi propia familia y ellos se ven tan unidos....

–¡¡Arrrrghh!!!!– gritó enojado el maestro- Pagarán por lo que han hecho!!.-

-¿Enserio? ¿Fue la mejor frase que se te pudo ocurrir?- dijo el de morado( el cual aún no se su nombre).

-Él no tiene la creatividad que me identifica Donnie- dijo Mikey.

–No creo que eso te identifique- dijo "Donnie".

-¡Tortugas inútiles nunca podrán detenerme!- río y con eso se oyó un helicóptero. El maestro corrió hacia él, salto por la ventana y se alejó.

- ¡Regresa aquí cobarde!- gritó Raphael.

Pero era demasiado tarde, el maestro. Lo único que sabía era que iba hacia el este a una reunión con sus colaboradores y de allí no tengo la menor idea. Tengo que encontrarlo y hacerlo pagar por lo que ha hecho o me quiso hacer.

Estaba libre y podía escapar pero algo me decía que debía quedarme, sea como sea tome mis katanas y me prepare para desaparecer en las sombras.

-Bien creo que ya terminamos aquí, Donnie ¿puedes rastrear el helicóptero?- preguntó Leonardo.

-Talvez puedaaaaa......nop, tiene un sistema que no se puede rastrear necesito equipo especial, pero desde la alcantarilla talvez funcione- dijo Donnie viendo su brazalete del que salía un proyector que parecía una computadora.

–Chicos hay alguien escuchando- dijo Mikey mirándome.

–Espero que pidas perdón por lo del polvo...- dijo Leonardo.

-Jajaja claro- dije con sarcasmo- La princesita quiere una disculpa- dije riendo.

-Deberías hacerlo- dijo Raphael - Nosotros te salvamos.-

-Yo no les pedí que lo hicieran- dije sonriendo.

- No, no lo hiciste. Nosotros venimos por nuestra cuenta- dijo Leonardo- Te pusimos un rastreador.-

-¡¿Qué!?- dije mirando mi funda de mis katanas. ¡¡¡Tenía un rastreador y no me había dado cuenta!!! ¡¿Que rayos pasa conmigo?!.

-¿Entonces?- dijo Leonardo- ¿Vienes con nosotros?.-

-Jah, ¿porque iría con ustedes?- dije riendo- Yo no tengo nada que ver con ustedes- dije dispuesta a irme.

-Por que te salvamos, es razón suficiente. Tú vienes con nosotros, nos dices dónde está tu maestro, conseguimos el mutageno, lo llevamos ante la justicia y voilá... Todos felices.- dijo Mikey.

-Aja, hasta creen que les voy a decir donde está- dije con sarcasmo- moriría antes de traicionarlo.-

- Tus deseos son órdenes- dijo Raphael acercándose a mi.

Retrocediendo dispuesta a huir pero me tomo de la muñeca y me cargó. Lo golpeé exigiendo que me bajara pero el era muy fuerte. Leonardo me puso un pañuelo en la cara y me desmayé.