Resentimiento

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Por la mañana me desperté toda mojada. Cuando me metí había una toalla en la cama y supuse que Raphael la había puesto allí. No pude dormir lo que quedaba de la noche.

Por la mañana los demás ya se habían despertado y preparamos nuestras cosas para el viaje. Yo no tenía nada más que mis katanas.

Cómo nuestro avión salía hasta en la noche, las tortugas fueron a buscar a una tal "Abril O'Neill" para que los apoyara en su plan. Yo me quedé con Splinter.

- Y dime ¿en que disciplina te entrenaron?- dijo Splinter acariciándose la barba.
- Ninjutsu- dije.

Él no dijo nada, simplemente se me quedó viendo y luego me hizo una seña para que le mostrara.

Lo dudé por un segundo ¿Por que es amable conmigo? ¿Acaso le he dado razones para que lo sea?

- ¿Por qué dudas? - soltó una pequeña risa- ¿Temes que una vieja rata te venza en un combate?-

¿Acaso me está retando?

-No- dije y me puse en posición.

-Bien- contestó Splinter.

Fui la primera en atacarlo y lanzar el primer golpe. El me esquivó con facilidad. Me detuve un segundo. ¿Como es que lo hizo?
Esta vez lanzé una patada pero el la bloqueó y me mandó al suelo.

-Auch- dijo él- veo que has caído ante mi- soltó una pequeña risa.

Me levanté del suelo.

-Eres buena luchando- dijo- pero no te concentras en lo que haces sino contra quién luchas, esto te hace lenta. Ahora inténtalo pero sin fijarte en mi-

Me puse en posición y lo miré. Respiré ondo y lo ataqué.

Está ves me sentía más segura sabía lo que iba a hacer pero en el último segundo me mandó al piso otra vez.

-Sigue practicando- dijo Splinter y en eso llegaron las tortugas.

-Veo que ya te diste cuenta de lo que es capaz- dijo Leonardo al verme levantarme del piso.

- Sigamos- dijo Splinter- aún hay mucho por trabajar​, empieza otra vez- me dijo.

Me puse en posición otra ves. Está rata me está colmando la poca paciencia que poseo.

- Ahora empieza- dijo y se puso en posición.

Las tortugas se fueron a hacer sus cosas pero el único que se quedó fue Raphael. Me estaba observando con una pequeña sonrisa.

El maestro me hizo una seña y comenzé a atacarlo pero por más que me esforzaba, no lograba tocarle un solo pelo.
Empezé a enojarme.

Splinter se encontraba como si nada y el también tenía una sonrisa en su rostro.

Sentía que ambos se estaban burlando de mi.
Todo el enojó que sentía se fue directo hacia mis piernas que fueron corriendo a atacar a Splinter por la espalda.

Pero el me esquivó y caí de bruces al suelo.

- Niña, niña- dijo Splinter- No te dejes llevar por tus sentimientos, eso te hace que no te concentres y pierdas el objetivo por el que estás peleando-.

Sentí una punzada en el pecho.

- ¿Que dijiste?- le pregunté a Splinter.

No dejé que contestara.

- ¡¿¿Quien le dijo eso!?!!- le grité.

De repente una tormenta de recuerdos inundó mi mente. Mi padre, madre y mis hermanos.

Me tuve que sostener de la pared para no caer al suelo. Mis piernas se sentían temblorosas.

Raphael al ver lo que me pasaba se acercó junto con Splinter.

- ¿Te sientes​ bien?- dijo Raphael y me trató de tocar el hombro.

- ¡¡Aléjate de mi!!- grité- ¡¡lo hizo a propósito!!- grite señalando a Splinter.

- Yo no sabía que...- dijo Splinter apenado.

- Mi padre...- unas lágrimas salieron de mis ojos.

Cerré los ojos con fuerza para reprimir las lágrimas. Cuando los abrí me levanté de golpe y salí del dojo. Tomé mis katanas dispuesta a irme pero Leonardo me detuvo.

-¿Qué estás haciendo?- me cuestionó- ¿Que hay de el viaje?-.

Me quite su mano de encima.

- Ya no hay trato- y me fui.

Me sentía traicionada. ¿Como rayos se le ocurre decir esas palabras?

Salí de la alcantarilla no sin antes escuchar a Leonardo preguntar qué había pasado.

Lo ignoré por completo.

Por la noche iría yo sola a buscar a mi maestro.

Sola.

La Historia De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora