Nuevo comienzo

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Desperté por la mañana llena de dudas.

No sabía ni siquiera donde estaba.

Alguien tocó la puerta.

- Tamiko ¿estas despierta?- dijo una voz.

- Si- dije.

- Que bueno- dijo mi ¿padre?- ¿te sientes bien?-.

- Si- dije.

- Bien!!! Por qué hoy retomarás tus tareas. Ven, acompáñame.- dijo.

Me levanté y me di cuenta que él estaba vestido de traje y corbata.

- Casi se me olvidaba, deja esas sucias ropas y cambiate. Hay ropa nueva en el baño. Te espero en mi oficina- dijo y se fue.

Le di un vistazo a la ropa que llevaba puesta. Era un kimono japonés rojo con un árbol cosido a mano. Era hermoso. Talvez mi padre no quisiera verme con la misma ropa del accidente.

Entré al baño y ví un nuevo kimono. Este era más sencillo y era completamente negro.

Me cambié y salí de mi habitación.

No sabía dónde estaba su oficina así que decidí preguntarle a alguna persona que pasára. Afortunadamente el conserje estaba allí.

- Disculpa ¿Donde está la oficina de mi padre?- le pregunté.

-No se quien es tu padre- dijo con indiferencia.

- Es un hombre... Alto...con traje- dije.

- ¿El maestro?- rió- el no tiene hijos-.

- Pero...- dije pero fui interrumpida.

- Tamiko- dijo mi padre- que bueno que te encuentro- dijo y me tomó del brazo.

- Pero padre yo...- me interrumpió.

- No me digas padre... Se oye un poco extraño dime maestro ¿si?- dijo el.

Asentí.

- Perfecto- dijo- ahora ven.... Tengo algo que mostrarte- dijo metiéndose en la que creo que era su oficina.

Era un dojo japonés.

Tenía espadas y dagas en una pared y una foto en un estante.

La miré.

En ella aparecía mi padre, una mujer y una niña.

- ¿Quienes son?- pregunté.

- Ah.. soy yo, tu madre y tu... ¿No la recuerdas?- dijo el.

- No...-

- Es normal, después de lo que pasaste claro que la ibas a olvidar- dijo sin darle mucha importancia.

- ¿Soy yo?- pregunté.

- Si... Antes de el accidente eras humana- dijo el.

-¿Que me pasó? - dije- no recuerdo nada, no te recordaba a ti ni a mi madre. Ni Siquiera me reconocí a mí misma en la foto...- dije con frustración.

- Ya, ya- dijo suspirando- Está bien, te contaré. Hace unos meses íbamos a ir a Japón por negocios y tú ibas conmigo. Ibas a aprender a encargarte de la empresa. Pero nos emboscaron. Cuatro tortugas mutantes atacaron el carro en el que íbamos y nos secuestraron. Ellos lo único que querían era que mi empresa pidiera un rescate de millones. Solo les interesaba el dinero y el mutágeno...- dijo pero lo intertumpi.

- ¿Mutágeno? ¿Que es el mutágeno?- pregunté.

- Es una substancia verde que hace que tu ADN cambié y te convierta en animal- dijo el- al ver ellos que la empresa no pagaba rescate me amenazaron con mutarte si no les daba dinero... Y lo hice, les di lo que querían pero a ellos no les importó. Te mutaron y a mí me dejaron inconciente. Nos abandonaron en las afueras de Japón hasta que nos encontró la policía. Yo no soportaba verte así así que les dije a mis científicos que te ayudaran pero no pudieron. Además el mutágeno causó que perdieras la memoria y que quedaras en coma durante semanas....- concluyó.

Me quedé pasmada.

- ¿Estoy así por culpa de ellos?- pregunté.

- Si.... De ellos es la culpa que hayas sufrido todo esto. Pero no se va a quedar así- dijo el.

- ¿Que vamos a hacer?-.

- Los encontraremos y los haremos pagar por lo que te hicieron-.

Me quedé callada. Si era su culpa que yo estuviera así, debían pagar por lo que han hecho.

- ¿Como lo haremos?-.

- Antes de que sufriera el accidente tu aprendiste a ser una kunoichi. Una mujer ninja. Pero tengo que ver si esos conocimientos siguen presentes en tu cerebro- dijo el.

En eso unas personas vestidas de negro entraron al dojo.

- ¿Que...?- No acabé de decirlo y uno de ellos me atacó.

Sin pensarlo lo esquive y lo golpee en el estómago lo cual hizo que volara por los aires.

Otro trató de golpearme por la espalda pero lo tome del brazo y lo estrellé en el piso.

Mi padre... El maestro me miró asombrado.

-Ya veo que sigues siendo buena en esto- dijo.

La Historia De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora