Refugio

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Desde el techo del edificio se veía a Leoku levantándose aturdido y rugiendo enojado.

Nos escabullimos en las sombras hacia un callejón.

- ¿Y ahora que?- preguntó Donnatello.

- Tamiko, tú conoces aquí más que nosotros ¿Hacia dónde?- dijo Leonardo.

Pensé por un minuto.

- ¿Que tal tu casa?- dijo Mikey - ¿Dijiste que no habías visto a tus hermanos en 3 años no?-.

- Mikey- dije con la voz apagada- No he vuelto desde que me convirtieron en mutante, ¿Crees que me perdonarán después de haber desaparecido? ¿Crees que no me preguntarán que fue lo que me pasó? ¿Y que les voy a decir?-.

Todos nos quedamos en silencio.

-Sin embargo no hay otra opción- dije.

Todos me miraron.

Comenzé a caminar hacia donde recordaba que estaba el metro.

A estas horas de la madrugada debería estar vacío.

Aún estaban los policías rondando.

- No podemos pasar- dijo Leonardo.

- O si- dijo Donnatello- talves pueda hackear el sistema de luces, espera, claro que puedo- dijo poniendo en marcha su computadora.

Las luces se apagaron y el metro de detuvo.Nos subimos al techo del metro y Donnatello encendió las luces de nuevo.

Viajamos unas cuantas paradas hasta llegar a la última . Hicimos lo mismo y nos bajamos del metro. A unas cuantas calles era ya el fin de la ciudad.

" Bienvenidos a ..." Decía el cartel pero la parte del nombre estaba tapado con grafitis.

Caminamos y fue fácil ya que en el pequeño pueblo había poca luz.

" Deben estar dormidos" dije para mis adentros.

Llegamos a la que solía ser mi casa aunque estaba un poco más pequeña de lo que recordaba.

Dudé en tocar.

- Mejor escondanse- dije- no se como vayan a reaccionar-.

- Ok pero si algo pasa, estaremos aquí- dijo Raphael.

Asentí y me paré frente a la puerta.

¿Y si ya no vivían allí?
¿Que tal si abría otra persona?
Y si siguieran allí ¿que les diría?
"Hola, lo siento por perderme durante 3 años, pero ya estoy aquí ¿que hay de cenar?"

Toque el timbre.

Tardaron en bajar.

Yo estaba nerviosa, ¿y si se asustaban?

Abrieron la puerta y allí estaba mi hermano menor Hiroshi.

Pero antes de que pudiera siquiera decir algo gritó.

- ¡¡Fuera de aquí!! ¡¡Vándalos!!- gritó y cerró la puerta.

- Hiroshi- dije- soy yo Tamiko, tu hermana-.

- Y yo soy el rey de España- dijo desde el otro lado de la puerta.

- Es enserio- dije.

Abrió de nuevo la puerta.

- Mi hermana no es un lobo- dijo- ahora vete a tu fiesta de disfraces antes de que llame a la policía - dijo y estaba a punto de cerrar de nuevo la puerta pero lo detuve.

- Hiroshi- dije mirándolo fijamente- Mírame ¿Acaso me reconoces?-.

Me miró vacilante.

- Mucha gente tiene los ojos verdes igual que mi hermana, ¿que te hace pensar que los tuyos son únicos?- dijo.

La Historia De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora