La Historia De Mi Vida

Leoku

Me giré para ver de dónde provenía la voz pero no veía nada.

El polvo de los escombros bloqueaba mi visión.

- ¿Quién eres?- pregunté.

- Ay Tamiko, ¿No me reconoces?- dijo la voz.

El polvo se empezó a disipar y pude ver quién hablaba.

Leoku.

-¿Que haces aquí?- dije levantándome con mucho esfuerzo.

- Oí que tú y tus amiguitos estaban aquí y le rogué al maestro que me dejara acabar con ustedes yo mismo - dijo riendo.

- ¿Que?- dije confundida.

Leoku sonrió e hizo una seña para que dos de sus ayudantes trajeran algo.

Regresaron con las tortugas inconscientes.

Me quedé en silencio.

- Ahora estás sola- dijo con una mueca.

- No cuentes con eso- dije.

En eso Leonardo y Mikey aparecieron.

- Veo que tienes más amigos- Dijo.

Leonardo se puso en guardia junto con Mikey y dijo:

- Déjalos en paz-.

Leoku se le quedó viendo.

-¿Y si me niego?- dijo con una sonrisa retadora.

- Te la verás con nosotros- dije.

Me levanté y ataqué a Leoku por la espalda. Leonardo y Mikey se encargaron de sus ayudantes.

- ¿Ahora te vuelves contra los que te dieron de comer? Eso no se hace- dijo en tono de reproche.

Como estaba en su espalda agarrando su cabeza, me tomó por los hombros y me lanzó contra la pared. Cuando me recupere vi que Leoku venía hacia mi. Me toqué la espalda tanteando el lugar donde deberían estar mis katanas pero no estaban, debí de haberlas dejado en la tienda de disfraces.
En lugar de eso tenía el hacha de batalla en mi cinturón. La tomé y justo cuando estaba a punto de golpearme, le di en la cabeza con el acha.
Pero el Acha era de juguete. Me miró y sonrió malévolamente. Más ayudantes acudieron a la escena. Estábamos rodeados.

Leoku se rió.

- Los ratones cayeron en la trampa-.

Leonardo dejó sus katanas en el suelo y Mikey sus nunchakus​. Pero yo negaba a rendirme.

Leoku puso los ojos en blanco y alguien se puso detrás de mí. Me arrebató el hacha y el que estaba detrás de mí me puso unas esposas.

- El maestro tiene muchas ganas de verte- dijo Leoku y rió malvadamente.