-¡Qué bonita vecindad! - Pensó para si mismo Rufino Rufián - No valdrá medio centavo, pero es linda de verdad.
Su automóvil se había detenido justo en la entrada, su chófer, atento, había abierto la puerta para que pudiera salir a contemplar su nueva adquisición. Su antiguo dueño, el señor Barriga, había fallecido de causas naturales; un infarto fulminante, tras averiguar que se encontraba en banca rota, después de haber condonado la renta a los inquilinos infinidad de veces. Siendo los principales beneficiados de está indulgencia, un hombre conocido como Don Ramón, su abuela y su hija.
Don Ramón había llegado a deber 14 meses de renta, y otros tantos mas su abuela, quien ocupara la vivienda, después de que, según comentaron algunos, Don Ramón se fuera a buscar suerte al otro lado. Nunca más se supo de aquel hombre, algunos piensan que murió como muchos intentando cruzar el río Bravo. Sea cual fuere la suerte de aquel hombre, el señor Barriga no tuvo el corazón para echar a la calle a una anciana y a su bisnieta.
Al perdonar la deuda de Don Ramón, el pobre señor Barriga marcó su suerte. Los inquilinos, liderados por una tal Doña Florinda, exigieron no volver a pagar hasta que la anciana y su bisnieta fueran desalojadas o cubrieran la deuda de Don Ramón. Esto por dos razones: La primera, pues, ella consideraba a la "chilindrina" - nombre por el cual se le conocía a la hija de Don Ramón - como una mala influencia para los niños de la vecindad. Y la segunda, pues, no consideraba justo para los demás el tener que pagar la renta, habiendo inquilinos morosos. "Todos coludos o todos rabones" se le escuchaba decir a la mujer a su retoño, Federico, o Kiko como le llamaban de cariño en la vecindad al hijo de la señora.
El señor Barriga murió a los pocos meses, victima de las deudas que dejara aquella "huelga" de inquilinos. Tras su muerte, la viuda del señor del Barriga no tuvo más remedio que vender la mayoría de las propiedades, para de esa forma asegurar un futuro para su hijo. Y el comprador, y nuevo dueño de esas propiedades, se encontraba en este momento poniendo un pie por primera vez en su nueva adquisición.
A Rufino Rufián no le interesaba la vecindad, o sus problemas, o la suerte que tendrían los inquilinos al desalojar. Su intención era derribar las viviendas, y construir un centro comercial, o tal vez un condominio. Se maravillaba de su ubicación, al oeste del centro de la ciudad de Reynosa, en Tamaulipas, zona turística y comercial con mucho futuro.
Rufino recorrió el lugar, el cual ya había sido desalojado, y a cada pasó que daba se convencía a si mismo que el lugar debía ser demolido; no se explicaba como el señor Barriga no había sido demandado por las condiciones de las viviendas, a las cuales se les notaba que no se les había dado mantenimiento en años. No obstante su estado, la vecindad aun conservaba su belleza, era fácil vislumbrar como se veía en sus mejores años.
Rufino se encontraba satisfecho, y dispuesto a retirarse, cuando llamó su atención un ruido en un barril que se encontraba junto a unas escaleras. Se escuchaba como un sollozo, como de niño...
- No puede ser. - Se dijo. - Todos fueron desalojados, ¿Cómo es posible que haya un niño dentro de un barril?
Su curiosidad le hizo asomarse, confirmando sus sospechas. Dentro del barril se encontraba un niño llorando, mientras abrazaba un balero hecho con una lata. Rufino era un hombre facineroso, avaro como ninguno, que solo pensaba en hacer dinero sin importar las vidas que arruinara al hacerlo; sin embargo, se conmovió al ver la escena del pequeño abrazando esa lata oxidada. Tomó al infante, sacándolo del barril, y lo llevó consigo a su lujoso auto.
-¡Al orfanato! - Exclamó al chófer.
Mientras las llantas del automóvil chillaban al alejarse, el niño levantó su cabeza para azomarse por la ventana, dando un ultimo adiós a la que fuera su casa durante la mayoría de sus pocos años de vida. No pudo evitar que las lagrimas siguieran rodando por sus mejillas. Pasó su mano para limpiarlas.
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Chapulín Colorado: El Inicio
FanfictionBasada en hechos reales... El Chapulín Colorado cuenta todas las hazañas de un súper héroe mexicano, que siempre acude al llamado de los más necesitados. El Chapulín es torpe y no posee super poderes, aunque sí varios artefactos de apoyo. El fuerte...