Capítulo 4

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《Tea》

Las clases iban cada vez mejor, John en un principio se sentía algo incómodo por la llegada de dureza a sus dedos, pero ya se estaba acostumbrando y todo iba de maravilla. Hablaba con Paul cómo si fuesen grandes amigos de toda una vida y no cómo era realmente su relación profesor-alumno, ya que ninguno se tomaba muy a pecho todo eso.

En esos momentos, Paul cantaba una pequeña parte de una de sus composiciones; John escuchaba atentamente cada palabra y cada acorde. La voz de Paul le encantaba, y su forma de tocar la guitarra le hacía querer estar pronto a su nivel.
Cuándo el pelinegro finalizó, John sonrió mostrando su dentadura perfecta.

-Está genial.

-Gracias.- dijo parándose y haciendo una reverencia.

-Por cierto, ¿aún tocas en ese bar?- preguntó cuándo el mayor ya estuvo sentado nuevamente.

-Así es.

-¿Quién es con el que tocas?- cuestionó intentando no hacer notar su interés.

-Ah, es George Harrison. Es genial con la guitarra y es un gran amigo.

-Ah, genial.- soltó sin poder disimular sus celos, pero Paul los pasó por alto, suponiendo que se trataba de cualquier otra cosa, menos celos.

-Puede que te presente a mis amigos. ¿Te gustaría?

-Claro.

-Genial... entonces el próximo viernes no tendrás clases de guitarra e iremos a la casa de uno de mis amigos. Ahí te presentaré.

John sonrió de forma forzada, pero ver tan ansioso a Paul por presentarlo a sus demás amigos le hizo soltar una risita.

-Ya casi da la hora límite. Será mejor que te vayas ya.

-Ya voy, tranquilízate.- John se levantó de la cama del mayor y se colocó su suéter -Nos vemos el viernes.

-Hasta el viernes.

Lennon salió se la casa de los McCartney y fue directo a tomar el bus, pero no iría directo a casa, haría una parada antes de llegar a comer.

Strawberry Fields.

John amaba ese lugar, ahí podía pasar horas y no se aburriría; lo que más le gustaba era subirse a los árboles, aunque en las escasas veces que había ido, el guardia casi lo atrapó en dos. Debía tener cuidado.

Llegó y se sentó bajo un árbol.

Paul quería presentarlo a sus amigos, pero ¿John quería conocerlos? No estaba seguro, porque tenía miedo de conocer a alguien que fuese más cercano con el pelinegro, pero también le encantaba ver la ansiedad en el rostro de Paul.

Paul le gustaba, pero solo era eso, un gusto y pequeño interés por el cara de bebé.

******

-Chicos, él es John Lennon.- habló Paul, colocando su mano sobre el hombro del pelicastaño, quién miraba el rostro de todos y cada uno de los presentes. Eran cuatro a parte de Paul y el mismo John.

-Hola Lennon. Soy George Harrison.- John solo le sonrió. Lo conocía, aunque sólo lo había visto una vez.

-Ringo Starr.- dijo un ojiazul narizón.

-Yo soy Stuart Sutcliffe, es un gusto.- éste último era bajo, pero muy atractivo.

-John.- estrecharon sus manos y se dieron un apretón.

-¿De dónde sacaste a éste chico, Paul? ¿Acaso eres un asalta cunas?- dijo Sutcliffe, riendo del rostro que colocó Paul en respuesta.

-¡Por supuesto que no!- suspiró -Le doy clases de guitarra, eso es todo.

-Pero también son amigos, sino no nos lo presentabas.- habló Ringo, sonriendo junto a George.

-Bueno, la amistad puede surgir entre profesor-alumno.- se justificó el pelinegro.

-En fin. ¿Quién quiere una cerveza?- habló Ringo; John quería animarse a decir "yo", pero el ojiazul rápidamente cortó con las ilusiones del menor -Tú beberás té. Aún eres menor.

Lennon hizo un mohín que se apresuró en ocultar. Odiaba ser menor, por muchas razones y en su mayoría, para él, ser menor tenía más contras que pros.

-¿Una cerveza, Paul?- habló Stuart, captando la atención del pelicastaño y el pelinegro.

-Preferiría un té.- sus amigos se miraron y solo se encogieron de hombros para sonreír.

-Dos tés entonces.- dijo Ringo, saliendo de la habitación -Ven a ayudarme Geo.- habló desde fuera y el cejón no demoró en salir detrás de él.

Starr no tardó mucho en llegar con las cervezas, George traía los tés de John y Paul, los cuales entregó junto a una amable sonrisa.

-¿Por qué preferiste un té?- cuestionó John, posando sus labios sobre el borde de la taza, sintiendo el aroma y calor del líquido.

-El té es muy bueno...-dió un sorbo -Además, soy inglés. Es normal que me guste.

Definitivamente esa no era la respuesta que esperaba John, pero debía conformarse, porque después de todo ni él sabía cuál era la respuesta que quería.
Bebió de su té, notando que éste estaba dulce para su suerte. John amaba echar azúcar a su té.

-¿Le echas azúcar?- miró a McCartney.

-Si.

-Con razón eres tan dulce.- murmuró. Al escuchar aquellas palabras, Lennon quiso explotar de felicidad.

All my Loving  [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora