All my Loving [McLennon]

Capítulo 32

《My Honey》

Pasaron tres días, tres días en que John soportó que su novio evadiera sus mimos. John había ido con George y Ringo para hablarles sobre el comportamiento de su novio y ahora, esperaba pacientemente alguna palabra por parte de sus amigos.

-No entiendo porqué has venido con nosotros por algo cómo eso.- dijo George rascándose la mejilla.

-¿A qué te refieres?

-Sólo pregúntale qué le ocurre y listo.

-Es que no entiendes George, tengo miedo de saber su respuesta. Hasta yo me considero un cobarde por no ser directo.

-Creo entender.- habló Ringo -John había esperado por ésta oportunidad por mucho tiempo, años de hecho. Y que ahora un problema llegue apenas John consigue lo que tanto esperó... John no quiere que algo arruine su felicidad.

-Pero debe preguntárselo a Paul. Es necesario.- dijo George.

-Bueno... en eso tienes razón.

-¿Ves? Ese es mi concejo para ti, John.

-Sé que tienen razón.- suspiró Lennon -Es que necesito apoyo moral.

-Ya sé.- Ringo sonrió -Te daremos ese apoyo moral que quieres. Invita a Paulie a una cita y ahí pregúntale lo que ocurre, nosotros iremos disfrazados para animarte.

-¿Lo harán?- preguntó John.

-¿Lo haremos?- murmuró Harrison.

-¡Lo haremos! Somos sus amigos, debemos hacerlo por el bien de ésta bella relación.

-Yo creo que estás complicando mucho las cosas.- habló George- Sólo dile lo que te molesta, pregúntale qué le incómoda.

John mordió su labio inferior, frunciendo el ceño.

-Está bien. Muchas gracias chicos.

Lennon volvió a la casa en la que convivía con Paul, ahí estaba el mayor, viendo televisión sentado en el sillón familiar de la sala.

-¿Qué haces, cariñito?- preguntó John junto a una sonrisa.

-Estoy viendo un programa de humor. ¿Cómo te fue con George?

-Excelente.- se sentó a un lado del pelinegro.

-¿Quieres?- dijo ofreciéndole una galleta al de ojos color marrón.

-Claro.- tomó la galleta y le dió una mordida.

Paul se apoyó en el hombro del castaño, aquello descolocó un poco al menor, sin embargo prefirió disfrutar de aquel acto.

Paul era extraño.

-Oye, Paul.- llamó.

-¿Mm?

-Necesito preguntarte algo.- vaciló.

-Dime.

-¿Te molesta que nos vean juntos?- preguntó sin más. La verdad, al soltar aquella pregunta se sintió menos angustiado que hace unos segundos, pero la preocupación seguía ahí.

Paul pareció tensarse y aquello no pasó desapercibido para el castaño.

-John...

-¿Es así?- preguntó insistente.

-No es eso.- frunció los labios.

-¿Entonces? Me evades cuándo estamos en público, pero ahora eres cariñoso. En serio, Paul. Sólo dime qué te molesta.