Capítulo 13

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《Años que se van con el viento》

Los primeros seis meses pasaron demasiado lento para John, quién no volvió a saber de Paul durante ese tiempo.
Por decisión de Mimi tuvo que seguir estudiando y era evidente que a John aquella idea no le agradaba, la odiaba, eso no se puede dudar, pero no tenía más opción que obedecer.

Mimi nunca preguntó nada sobre Paul, ni el porqué aquel día su sobrino salió de forma tan imprudente y urgente a la calle, Mimi supuso que a John no le parecería agradable que se metieran en sus asuntos y su tía por primera vez prefirió dejarlo así.

John cada día esperaba la llegada de alguna carta, alguna postal, señales de humo o le que fuese, pero quería señales de vida por parte de Paul y cómo Lennon no sabía la dirección del chico mayor, no podía intentar escribir él mismo, aunque muchas veces se le cruzó esa idea por la cabeza.

Cada día le preguntaba a Mimi por el correo y siempre recibía la misma respuesta por parte de su tía: No hay nada para ti.

-Vaya sorpresa.- suspiró con molestia para comenzar a caminar en dirección a su habitación y encerrarse en ésta.

Cada año que pasaba John olvidaba algo de Paul, alguna maña, una expresión que hacía solo en ciertas ocasiones, su forma de tocar la guitarra, el timbre de su voz cada día se extinguia para finalmente borrarse totalmente de su mente o bueno, dejando una pizca de esencia... solo podía recordar su rostro gracias a las fotografías que se habían tomado antes de todos los problemas amorosos que tuvieron y John, un día se entristeció al notar que serle fiel a aquel pelinegro no parecía tener sentido, que seguir amando a alguien que posiblemente jamás volvería le estaba dañando y se dió cuenta de que ya no amaba a Paul.

Había roto su promesa y por lo tanto, ya no esperaría esa llegada que los primeros años tanto ansiaba.

Y decidió cumplir sus sueños, tal cómo McCartney le dijo una vez, ¿qué más podría hacer?

El jovencito inexperto de trece años había muerto hace ya mucho tiempo, y con él se fueron los sentimientos y promesas, dejando a un chico rebelde sin causa, amante de la música y del sexo.

Vaya, su primera vez no fue la mejor, pero era la primera y no estuvo tan mal cómo creyó.

Vivió un montón de cosas, entre ellas la creación de una banda que terminó por disolverse y decidió continuar cómo solista, cantando en bares de Liverpool, tal cómo lo hacía Paul y los demás... y conoció a Brian, con quién los primeros meses tuvo aventuras románticas y sexuales, pero John nunca tomó en serio las relaciones posterior a su amorío con McCartney y para él, aquello era lo mejor.

-Iremos a Hamburgo.- informó un día el manager del pelicastaño.

All my Loving  [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora