Capítulo 11

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《In the Rain》

John llegó a casa de los Smith arrastrando los pies, con los ánimos por el suelo, el chico era todo lo contrario a cómo cuándo salió de esa misma casa y su tía, que se encontraba cerca de la entrada no pudo evitar preocuparse.

-¿John, ocurrió algo?- el menor negó, lo que menos quería era hablar -¿Tienes hambre?

-No.- respondió totalmente desanimado, subiendo las escaleras con lentitud.

-¿No me contarás qué te ocurre?

-Solo me siento algo cansado, Mimi. Iré a dormir.

Y sin decir nada más, llegó al final de las escaleras y fue a su habitación para encerrarse en ella, dejando a la mayor totalmente preocupada, pero ésta decidió no insistir y volvió a la sala para terminar de beber su té, pero manteniendo la angustia en su ser.

******

-John.- llamó Mimi desde fuera de la habitación de Lennon -John, te llaman por teléfono.

-¿Quién llama, Mimi?- preguntó aún hundido en la almohada.

-Un tal Paul McCartney.

El pelicastaño abrió los ojos al escuchar aquel nombre, sintiendo un dolor en el pecho, así cómo un vacío acompañado de un revoltijo en su estómago.

-Ya voy.- respondió sin ánimos.
Se levantó con la misma ropa de ayer y fue hacia el teléfono que estaba descolgado, por un momento pensó en colgar, pero no lo hizo y llevó la bocina a su oreja derecha.
-Diga.

-¡John!- soltó el otro chico con felicidad y lo que parecía ser alivio -Tu tía dijo que estabas enfermo, lamento si insistí demasiado pero tengo algo importante que decirte, ¿podrías venir a mi casa el día de hoy? ¿O estás muy mal?

-No, yo estoy bien... Claro que iré.- respondió de forma automática.

-Genial, te espero. Que sea más o menos a las tres.- John miró el reloj a un lado del teléfono, el reloj indicaba que eran las 2:10.

-Bien. Hasta entonces.- y colgó -Mimi, voy a salir.- avisó mientras caminaba hacia la cocina.

-¿Qué? No. ¿No haz visto el cielo? Hoy si lloverá, no quiero que te resfríes.

-Llegaré en seguida.- volvió a hablar, tomando una galleta de una bandeja pequeña y elegante que Mimi había dejado sobre la mesa.

-Bien, haz lo que quieras, pero no te quejes cómo un bebé cuándo estés en cama a causa de un grave resfriado.

-Hecho.- y tan rápido cómo dijo aquello, se fue a su habitación para asearse y cambiarse de ropa.

Salió exactamente a las 2:50 y llegó a casa de Paul a las 3:04.
Tocó la puerta y el pelinegro no tardó en abrirle para hacerlo pasar.

-¡Qué puntual!- exclamó con notable felicidad.

-Ya me conoces.- se encogió de hombros. No quería mirarlo, pero debía hacerlo en algún momento.

-¿Cómo estás, es muy grave tu resfriado?- John negó, la amabilidad de Paul le dolía.

-¿Qué querías decirme?

-Primero entra.- le sonrió y Lennon entró en la vivienda, recordando lo ocurrido la tarde anterior; fue guiado hasta el comedor y se sentó mientras Paul comenzaba a pasearse -¿Quieres un té?

-No, gracias.

-¿Seguro?- el pelicastaño asintió -Bien.- Paul caminó a la cocina y apagó la tetera, al mirar por la ventana pudo notar que había comenzado a llover con fuerza, al volver, se encontró con el menor aún sentado, cavizbajo y algo despeinado -¿John?- se acercó y posó su mano sobre el hombro ajeno, el cuerpo del más bajo se contrajo, tomando una posición fetal mientras continuaba sentado -¿Te duele el estómago? ¿Quieres ir a casa?- preguntó preocupado, acariciando la espalda de Lennon.

All my Loving  [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora