Capítulo 22

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《Do you remember?》

John se levantó de golpe sin dejar de mirar esas orbes color hazel. Paul estaba cambiado, todo había cambiado, ahora John era casi de su tamaño de no ser por uno o dos centímetros que el pelinegro le llevaba de ventaja.

-Eres tú.- dijo tomando con suavidad la mano ajena. Paul miró aquel acto, rombiendo con la combinación del color hazel de sus ojos y el color marrón de los ojos de Lennon, en fin, Paul cómo respuesta a aquel acto alejó lentamente su mano.

-Lamento decirlo, pero...- volvió a subir la mirada -Yo no sé quién eres.

-Lo sé.

-¿Quién eres?- cuestionó mirando el rostro del menor.

-Me llamo John Lennon.

Los ojos de McCartney se abrieron de par en par.

-¡Ah! Veo que necesitan algo de privacidad.- al mirar a quién había dicho esas palabras, Paul y John se encontraron con Cynthia y las miradas de las clientas.

Paul se alejó rápidamente del cuerpo ajeno, ninguno de los dos había notado que estaban invadiendo el espacio personal del otro.

-Lo siento, volveré a trabajar.

-No hace falta, Paul.- Lo detuvo Cynthia -Algo me dice que necesitan hablar; tienes el día libre.- y sin nada más qué decir, la rubia se retiró con una sonrisa en el rostro.

-Ven, ya tienes el día libre.- le susurró John a Paul, provocando que a éste último le diese un escalofrío.

-Um, así que tu eres John.

-Soy yo, el único.

-Tengo algo que mostrarte, John, el único.- dijo junto a una sonrisa -Pero antes debo cambiarme.

-Te espero.

******

Caminaban uno al lado del otro, hace algunos pocos minutos habían salido del local de Cynthia para ir a la casa de Paul, la cuál no se encontraba muy lejos de ahí, por lo que prontamente llegaron a aquella casa no muy grande y pintada de color azul cielo.

-Linda casa.

-Gracias; ven, entremos.

Ambos se adentraron en la casa, John observó todo, realmente era pequeña, pero perfecta para pocas personas, se sentía cálida y llena de vida.

-Um, necesito que vengas a mi habitación.- dijo Paul con algo de timidez, pero sin borrar su sonrisa amable y mientras se dirigían a la habitación del mayor, John se puso a pensar y analizar los cambios que había tenido Paul en esos años que no se vieron.

Ahora estaba más maduro, pero su cara de niño bueno no se había ido, sus pestañas seguían igual de largas y crespas, ahora traía un corte de cabello diferente y su estilo de vestimenta también había cambiado, ya que ya no traía la típica chaqueta de cuero, ahora vestía con una camisa y sobre ésta un suéter color arena y pantalones.

Entraron en la habitación y mientras Paul rebuscaba algo en los cajones, John se sentó en la cama para admirar el cuarto.

-¿Aún tocas guitarra?- preguntó al ver aquel instrumento apoyado en la pared y era acompañado por un bajo.

-Si, um, volví a aprender hace tiempo ¡Aquí están!

-¿Qué cosa?

McCartney se acercó al menor rápidamente y se sentó a su lado.

-Cuándo llegué a mi habitación después de que me dieran el alta... ya sabes, por el accidente y mis muchos meses en coma, encontré todo esto en mi escritorio y todas eran para "John", siempre me pregunté quién era ese tipo, pues no estaba escrito su apellido y en el álbum que tengo no había fotos de ningún John... o bueno, así era hasta hace poco.- el pelinegro entregó un montón de cartas media amarillentas -Intenté mantenerlas en buen estado, pero solía viajar mucho...

-No te preocupes. ¿Las has leído?

-No, son para ti.

-Pero tú las escribiste.

-Bueno, si... pero aún así.

-Quiero que las leas conmigo. Tal vez haya cosas que logren devolverte algún recuerdo.

-Yo, está bien.

John sonrió y abrió la primera carta.

Para John:

Te he escrito tantas veces, pero muchas de esas cartas han ido a parar a la basura. Tengo que dejarte vivir tu vida... pero aún te amo y me es difícil lograr olvidarte.

Solo somos dos niños tontos.

Lennon miró a Paul, la carta era muy breve y el menor no dudaba en que las demás serían iguales.

-¿Qué edad tenía cuándo te conocí?- preguntó McCartney sin apartar la mirada de la carta.

-Tú tenias diez y seis y yo trece; te vi en un bar o bueno, mejor dicho en

-En un callejón.- soltó Paul interrumpiendo a John, quién se emocionó al escuchar aquello.

-¡Así es!

Paul también mostró una sonrisa de emoción al saber que había logrado recordar algo, era un recuerdo pequeño, pero para ambos fue una luz de esperanza.

-¿Te parece si leemos la siguiente carta?- propuso el pelinegro.

-Claro.

Leyeron durante toda la tarde, John preguntándole a Paul si lograba recordar algo y éste último contestando a todas las preguntas, pero no siempre lograba recordar algo y la mayoría de los recuerdos eran pequeños cómo el primero.

-John.- llamó el de ojos color hazel sentado en la cama mientras John caminaba de un lado a otro -John.

-Ah, lo siento. ¿Qué pasa?

-A pesar de que recuerdo algunas cosas pequeñas... ¿Podrías contarme cómo nos conocimos de principio a fin?

-... Por supuesto.

All my Loving  [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora