《Nuestras miradas se encuentran》
John miraba con detenimiento y sin hacer nada más que respirar el cristal de su ventana, empapado por la lluvia que hace ya horas había comenzado a caer.
Llevaba ya un mes en Liverpool y extrañamente no había encontrado rastro de Paul, le pareció estúpidamente extraño, después de todo Liverpool no era la ciudad más grande del mundo cómo para no dar con él, pero así era y ahora volvía a preguntarse en qué lugar podría encontrarlo.
No estaba en ningún lugar que alguna vez pudieron visitar, por lo que supuso que McCartney aún no recordaba ni una pizca de su pasado y aquello era peor, llevaba demasiado tiempo con todos esos recuerdos bloqueados.
En ese momento el teléfono en la sala sonó, interrumpiendo con escándalo todo el pacífico silencio que inundaba la casa de Mimi.
-John, es para ti.- escuchó el pelicastaño provenir de abajo, así que con pereza se levantó de la silla colocada justo en frente de la humeda ventana y bajó arrastrando los pies -No camines así, John.- le regañó Mimi.
-Ajá.- bajó el último escalón y recibió la bocina del teléfono -Diga.- dijo sin ánimos al colocar la bocina sobre su oreja.
-¡John!
-¿Cynthia?- preguntó alejando la bocina de su oreja a causa de aquel grito, pero tuvo que volver a acercarla.
-¿Por qué no me dijiste que volvías? Ya ha pasado un mes de tu llegada.
-¿Cómo te enteraste?
-Tengo contactos...- dijo orgullosa.
-Ah.- inhaló hondo -¿Y para qué llamaste exactamente?
-Tengo un negocio.- John no pudo ver el rostro de Cynthia, pero podía asegurar que la chica estaba sonriendo con orgullo -Me gustaría que lo vieses, está aquí en Liverpool.
-¿Esto es por aquella vez...
-Si, cuando rompimos y antes de eso me dijiste que era tonto fundar un negocio como ese. Si.- interrumpió.
-¿Quieres refregarmelo en la cara?
-La verdad, si.- prosiguió -Pero también porque te noto decaído y sé que no eres así, no es tu estilo.
John sonrió-. Si, supongo tienes razón.
-¿Vendrás entonces?
-Claro. ¿Cuándo?
-Mañana, si el clima está mejor ven a las cinco de la tarde.
Cynthia le dió la dirección del lugar, se despidieron y colgaron.
Si, John necesitaba algo nuevo, por lo menos un café que lograra relajar sus músculos y cerebro por un rato.
*******
Eran exactamente las cinco de la tarde del día siguiente y John iba atrasado.
A pesar de ser inglés la puntualidad no siempre era lo suyo, pero hora, justamente cuando quería ser puntual, se le ocurría quedarse dormido con la novela de Mimi.
Y después de dos minutos de repetirse "voy tarde, voy tarde, voy tarde", llegó a la dirección indicada.
-¡John!- llamó Cynthia desde la entrada del local, sonriendo de oreja a oreja; John no pudo evitar soltar una risita al ver el cabello rubio de la chica, lo de aquella vez había sido sólo una broma.
-¡Hola Cyn!- se saludaron con un beso en la mejilla -Así que este es tu negocio.
La rubia asintió.
-¿Y me hablarás sobre qué consiste?
-Pensé que lo recordarías.- suspiró- Hice este lugar para mujeres casadas y porqué no, también solteras, que buscan ser servidas con delicadeza y respeto, cómo se merecen.
-Mh, ya veo.- entraron al local y Cynthia seguía hablando -¿Sólo tienes empleados hombres?
-Por supuesto, el lugar es para mujeres, exclusivamente para mu-je-res.
-¿Y qué hacen exactamente aquí? ¿Solo beber café y comer?
-Bueno, por el momento es así.- dijo con simplicidad -Apenas comencé con el negocio y las ideas irán surgiendo de a poco.
-Que tengan sexo.
-¡John!
-Jajaja es broma, Cyn.
La chica hizo un mohín-. Bien, ¿quieres algo? Yo ahora tengo un problema y debo dejarte unos momentos, ¿bien?
-Claro, estaré en... la mesa de allí.
-Bien. Ahora debo irme.
La rubia se alejó y John fue a sentarse a la mesa que éste mismo eligió. Se sentó y espero ser atendido.
Pasó uno o dos minutos mirando una servilleta y jugando con ella.
-Buen día, ¿qué desea ordenar?
-Un café.- respondió sin mirar al chico que en esos momentos estaba parado a un lado suyo.
-Disculpe si le digo esto, pero es muy extraño ver a un hombre por aquí.- dijo aquel chico riendo.
John alzó la vista, también divertido por lo dicho, pero su sonrisa fue borrada rápidamente.
-¿Paul...?
El pelinegro, que sostenía una libreta entre su manos también borró su sonrisa.
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All my Loving [McLennon]
FanfictionJohn Lennon, un jovencito de casi trece años conoce a Paul McCartney de diez y seis años, quién le roba el corazón, pero no todo en el amor es fácil y el primer amor, cómo muchos saben, no funciona. John tendrá que intentar salvar aquella relación...