Capítulo 17

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《Letters》

-Muchas gracias.- dije cerca del micrófono para luego hacer una reverencia, tal cómo Eppy me había dicho que hiciera.

Bajé del escenario y me encontré con el cerdo judío, que me esperaba con una sonrisa.

-Lo hiciste genial.

-Gracias.- suspiré; los aplausos ya habían cesado y yo no hice más que caminar hasta una silla y sentarme en ella, dejando caer todo mi peso sobre aquel mueble.

-El jefe del lugar está satisfecho, en éstas últimas semanas gracias a ti han aumentado los clientes.

-Eso es genial.- dije sin mucho interés.

-¿Te sientes bien?

-Solo estoy algo cansado. Me iré al hotel.- avisé y sin esperar respuesta, me levanté para comenzar a caminar hacia la salida.

Ya había pasado un mes desde mi llegada a Hamburgo, la verdad no podía quejarme... estaba ganando fama y buen dinero, y eso es lo que siempre quise.

Cada día leía una de las cartas o postal que Paul mandó a Stuart y a Astrid, éste día no fue diferente, así que al llegar al hotel saqué el pequeño montón que aún no había leído y guiado por las fechas, saqué una carta.

Queridos Stuart y Astrid:

La vida aquí en Escocia es muy tranquila, no hay mucho que pueda decir, mi día a día se basa en un trabajo no muy diferente a los demás, por alguna extraña razón siempre termino trabajando en un café, bar o restaurante, sea cómo camarero o parte de la entretención del lugar.
En este caso, soy parte de la última.
Me pagan por hacer lo que me gusta y eso me causa tranquilidad.

Espero que ustedes estén bien y muy felices. Que Astrid siga fotografiando buenos momentos y Sutcliffe sea famoso por su trabajo cómo pintor.

... Hace unos días soñé con lo que creo fue un recuerdo...
Yo estaba tocando en un bar y al salir cuándo ya hubo terminado mi acto, me encontraba en un callejón y además de mí, había alguien en lo profundo de este, pero no pude ver de quién se trataba.
N

ecesito que Sutcliffe me confirme si aquello ocurrió o no.


Me iré en una semana de Escocia, manden su respuesta lo más pronto posible.

Los quiere, Paul McCartney.

Miré con detención las palabras escritas en el papel. Paul comenzaba a recordar...

******

Días más tarde, me encontré con una carta que venía desde Londres, ya solo me quedaban cinco cartas para dar por finalizado el montón.

Querida Astrid:

Ésta vez te escribo solo a ti. De seguro Sutcliffe se preguntará porqué, pero me importa un comino, me dió la gana de escribirte solo a ti.

Estar en Londres, la capital de Inglaterra es muy divertido, lleno de lugares que solo había visto en fotografías. Me compré una cámara (si, es por esto que he decidido escribirte solo a ti), junté dinero de mis trabajos y la compré, te envío una fotografía para que sepas cómo me va.

Detuve mi lectura y busqué la fotografía en el sobre, sin embargo no había rastro de ella, de seguro Astrid la guardó, no tenía porqué dejarla ahí. Así que algo desilusionado volví a leer.

Mañana mismo me voy a Blackpool, espero todo salga bien, la verdad ahorrar ayuda bastante y por suerte soy un buen ahorrador. Les escribiré apenas pueda, pero ya saben que no lo hago muy seguido.

P.D.: No es necesario que contesten a esta carta.

P.D.2: Saludos a Stu.

******

Me encontraba acostado boca arriba en mi cama, mirando el techo cómo si fuese realmente importante. En ese momento tocaron la puerta.

-Adelante.

Brian entró por la puerta con decisión y paso firme.

-Tienes correspondencia.- dijo tendiendo una carta.

-¿De quién?

-La trajo un chico que dijo llamarse... Sutcliffe, Stuart Sutcliffe.

Abrí los ojos de par en par y me abalancé a Brian para tomar la carta, la cuál, en el sobre tenía un papel con una nota escrita en ella.

"Ésta es la última carta que recibimos de Paul. Llegó ayer".- decía con una letra que no era de Stu, así que supuse era de Astrid.

Mis ojos se abrieron aún más y una sonrisa de felicidad y emoción se formó en mi rostro; con gran rapidez y torpeza, abrí el sobre y desdoblé la carta.

Queridos Stuart y Astrid:

Me voy a Liverpool.
Conocí a una chica en Blackpool que me invitó a trabajar en un local que ella misma fundó; es muy simpática y después de hablar mucho con ella me propuso esto que acabo de decirles.

Ustedes en una ocasión me dijeron que mi lugar natal es Liverpool, Inglaterra. Si voy ahí de seguro recordaré un montón de cosas, tal vez. Pero existe la posibilidad de que ocurra.

Los quiere, Paul McCartney.

-¡Brian!- exclamé asustando al mayor.

-¿Qué te pasa? Estoy aquí.

-¡Debo ir a Liverpool! ¡Tengo que viajar ahora mismo!

All my Loving  [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora