Habían pasado dos semanas desde que había vuelto a Londres. No he tenido tiempo para mucho con todo lo que he tenido que estudiar y tampoco he visto a Harry; sé que está aquí porque he vuelto a mirar su twitter casi a diario, como en mis viejos tiempos cuando se vino a vivir aquí con los chicos y le perdí la pista.
Gracias a Dios hoy es viernes y aunque no tengo pensado salir es un alivio saber que mañana no tengo que ir a clases. Mi móvil empezó a sonar.
- Hola Harry- su nombre apareció en mi pantalla.
- Hola, escucha tienes que salir de casa ahora.
- ¿Ahora? ¡Sí ya es de noche!, ¡estás loco!- exclamé.
- ¡Por favor!
- ¿Por qué?- pregunté.
- No te lo puedo decir, pero estoy abajo esperándote- noté que se rió.
- ¡Qué! ¿Cómo sabes dónde vivo?
- Se dice en pecado, no el pecador. Te espero- colgó el teléfono.
¿Pero de qué va? Son las once de la noche, ¿a dónde quiere ir? No si la tonta soy yo por hacerle caso y dejarme convencer. Me fui a vestir rápido y salí de mi apartamento. Allí estaba parado, apoyado en su coche con las manos en los bolsillos.
- Me alegro de verte- me abrazó.
- ¿Se puede saber qué pasa?- me senté en el asiento del copiloto y me puse el cinturón.
- Es una sorpresa, toma- me dio un pañuelo de tela de color azul oscuro.
- ¿Para qué es esto?- pregunté mirando al pañuelo.
- Para que te lo pongas en los ojos.
- Es una broma ¿no? Ósea me sacas de mi casa, no me dices a donde vamos y aún encima me tengo que tapar los ojos- dije enfadada.
- ¡Bien! Veo que lo has entendido, ¡anda, póntelo y deja de quejarte!- me lo puse a regañadientes, no veía nada.
- ¿Ves algo?- me preguntó.
- No.
- Perfecto.
Cuando aparcó el coche me ayudó a bajar y empezamos a caminar, no sé hacia dónde.
- Vamos ______, te tengo agarrada, no te vas a caer, ¿puedes caminar normal? no hay nada delante de ti- Harry me agarraba por la cintura, pero yo no veo nada y me da miedo.
- Mira, no te quejes, sí quieres que ande bien quítame el pañuelo- contesté.
- Está bien, así no llegaremos nunca- noté que me elevaba en el aire.
- ¿Harry? ¿Qué haces?
- Llevarte en brazos, sino no llegamos- menudo susto me había dado.
- ¿A dónde?- notaba su cuerpo contra el mío y no me sentía incómoda, era como lo que siempre había soñado hace unos años, solo que ya no tenía 15 años, pero me sentía bien. Me pareció oírlo hablar con alguien.
- ¿Con quién hablas?
- Con nadie, ya está- me dejó en el suelo pero no me podía quitar el pañuelo.
- Espera a que yo te lo diga- escuché su voz a mi lado.
- Está bien- resoplé.
- ¿Preparada?..¡Ya!- el pañuelo desapareció y el Big Ben estaba dando las doce de la noche. Estaba todo iluminado, lo mejor es que estamos en una cápsula del London Eye que también está iluminado, era precioso. Nadie había hecho nada por mí así nunca.
- Harry, ¿cómo te acordabas?
- _____, que no te haya reconocido no quiere decir que no me acordase de ti. Por otro lado siento no haberte reconocido la primera vez- sabía que estaba diciendo la verdad.
- ¿Solo la primera?- me reí.
- Bueno.... no seas mala.
- Te perdono, gracias por esto Harry- le di un abrazo.
- ¿Aún no lo habías hecho?
- No, no he tenido tiempo y ni me acordaba la verdad.
- ¡Ves! para eso estoy yo aquí- sonrió.
Flashback:
- ¿Sabes qué? Cuando me valla a vivir a Londres voy a ir al London Eye por la noche y a escuchar las campanadas del Big Ben- comenté.
- ¿Estás segura de ir a vivir a Londres?- me preguntó.
- Sí, segurísimo- sonreí con solo imaginármelo.
- En ese caso me encargaré de que lo cumplas- contestó Harry.
- Gracias Harry, de verdad, te lo agradezco mucho- le dediqué una sonrisa.
- De nada, te prometí que me encargaría de que lo cumplieras- sonrió.
- Bueno, solo fue un comentario y ya pasó mucho tiempo. Míranos ahora, tú has conseguido tu sueño y no solo eso, sino que también has conocido a cuatro chicos que ahora son tus mejores amigos y tenéis una banda famosa en el mundo entero- el London Eye descendía y nuestro viaje llegaba a su fin.
- Tú también has cumplido el tuyo- dijo Harry.
- Sí, bueno, uno de ellos- miré hacia la ciudad, Londres se veía tan bonito de noche, me encanta esta ciudad.
- ¿Cuáles más tienes?
- Tengo muchos, pero el más importante para mí es llegar a ser feliz.
- Eso está muy bien, pero ¿quiere decir que no lo eres? ¿pasó algo con tu novio?- nos bajamos y el frío me dio en toda la cara.
- No, no pasó nada, pero no sé, no soy plenamente feliz, me falta algo. Yo me tengo que ir a casa Harry, gracias por lo de esta noche.
- Te acompaño a casa- se ofreció.
Al final no había estado tan mal salir a esas horas de casa. No me esperaba esto de Harry, estaba claro que había cambiado.
- Nunca os imaginé juntos- dijo de repente.
- ¿Qué?
- A ti y a James.
- ¡Ah! Bueno, la vida da muchas vueltas.
- ¿Cuánto tiempo lleváis saliendo?
- Unos meses- contesté sin darle mucha importancia.
Ya habíamos llegado y tocaba despedirse, Harry se bajó del coche y me acompañó hasta el portal.
- ¿Vas a hacer algo mañana?- preguntó Harry.
- Sí, estudiar- me reí.
- Me refiero por la noche- aclaró.
- No, pero no tengo ganas de salir- lo dije antes de que propusiera nada.
- ¡Anda! que te quiero presentar a mis amigos- puso cara de pena.
- No sé Harry, es que...
- ¡Por favor! Te van a caer genial- suplicó.
- Esta bien, pero solo un rato- al final siempre me convence.
- Genial, paso por ti a las nueve- me dio un beso en la mejilla y se fue. Odio cuando hace eso, odio que me dejen con la palabra en la boca.
