Esa noche salí con James y después de cenar fuimos a bailar a un pub que tenía karaoke, era muy divertido, hasta cantamos una canción. Me lo estaba pasando bien, bailábamos, nos reíamos, nos besábamos.
- Hola, buenas noches a todos. Me gustaría cantar una canción que es muy especial para mí, ya que, los que saben quién soy, entenderán el porqué; pero esta noche se la quiero dedicar a una chica especial que fue muy importante en mi vida y lo sigue siendo- no pude evitar escuchar todo eso, ese chico era Harry y no paraba de mirarme ¿qué hacia el aquí? ¡A saber que canción iba a cantar!, pero estaba segura de que me la dedicaba a mí.
- Hacia tiempo que no veía a Harry por aquí, ha cambiado algo- dijo James observándolo.
- Sí, eso parece- estaba más bueno que antes, pero esto no lo voy a decir en alto jajaja.
Nosotros bailamos al compás de la música, no se subía siempre gente al escenario que sabía cantar. Harry cantaba Isn´t she lovely?. Por supuesto que era especial esa canción, fue la que cantó en su primera audición en X Factor y era una canción preciosa. Escucharlo me estaba conmoviendo.
- ____ ¿estás bien?- me preguntó James.
- Sí- le planté un beso.
Al acabar Harry no se acercó a mí, o al menos de momento, espero que no lo haga. Mi móvil vibró en mi bolsillo, era un sms de Harry: " Tenemos que hablar, ¿le pones una excusa a tu novio o os interrumpo yo?". ¡Esto es increíble, lo que me faltaba!. Le respondí: "Harry ahora no por favor. Sí quieres mañana". Enviado. "¿Me lo prometes?". Me mandó otro y le respondí: "Mañana a las once en el parque".
Lo busqué con la mirada y lo vi en una mesa con unos amigos, me miró y asintió con la cabeza. Ya no quería estar allí, le pedí a James que nos fueramos.
- ¿Quieres que pase la noche contigo?- su mano derecha tocó mi trasero.
- Hoy no, lo siento, no estoy de humor- le di un beso corto y abrí la puerta.
- ¿Te pasa algo? estás muy rara desde que volviste- dijo.
- Estoy bien, hablamos mañana- le sonreí y entré en casa.
Me tiré en la cama, vestida tal cual. No me podía sacar a Harry de la cabeza ¿qué me pasaba? James tenía razón, pero volver a ver a Harry me había afectado y haberlo besado también. Lo había soñado tantas veces y para la vez que pasa de verdad, no me acuerdo. Tenía que tomar una decisión y solo tenía esta noche, mañana hablaría con él y espero que se ordenen mis sentimientos para entonces, sino... no sé que puede pasar.
Ya cansada de dar vueltas en la cama me levanté. No había dormido bien y no paré de pensar en Harry toda la noche, no había llegado a ninguna conclusión, solo sabía que no me quería alejar de él, pero volver a ser su amiga era un riesgo para mí porque no quería acabar sufriendo otra vez. O puede que podamos ser amigos pero que apenas nos veamos, no es mala idea. En un par de días vuelvo a Londres; no sé cuando volverá él pero, yo estaré ocupada con la Universidad y Londres es muy grande, en caso de que me llamase siempre tendría la excusa de estudiar o me podía inventar algo. ¡Dios! Me acabo de inventar la película del siglo en la cabeza jajaja, pero es lo mejor para mí, tener a Harry lo más lejos de mí posible.
Salí de casa para poder encontrarme con él. Pude divisarlo desde lejos, está claro que es un chico que no pasa desapercibido.
- Hola Harry- me senté a su lado.
- Pensé que nos vendrías- dijo.
- No te fías nada de mí eehh- contesté.
- No es eso, es que estás cambiada- me miró.
- Todo el mundo cambia- comenté- Bueno, ¿qué tanto es eso que tenemos que hablar?
- ¿Te gustó la canción de ayer?- preguntó.
- ¿La de Stevie Wonder?- Sí, me gusta mucho esa canción- contesté.
- A mí también. ___, quiero que todo sea como antes, con esta nueva vida que llevo tengo que estar lejos de mis amigos y de mi familia; pero apareciste tú y me dices que además vives en Londres y... me emocionó saberlo- le brillaban los ojos, si le decía que no iba a quedar como una borde.
- Ya, bueno, pero yo tengo que centrarme en la Universidad y...
- No quiero ocupar tu tiempo, solo cuando tú puedas quedar y así me pones al día y yo también a ti-dijo.
- Esta bien, pero no te prometo que sea muy a menudo- contesté.
- No pasa nada, se esperar- no pude evitar sonreír.
- ¿Cuándo te vas de aquí?- le pregunté.
- En tres días, ¿tú?
- En dos- contesté.
- ¡Jooo! no voy a tenerte de compañera en el avión- puso morritos