Mi móvil empezó a sonar, era Harry, no le contesté. Al cabo de cinco minutos volvió a sonar pero no me molesté en mirar esta vez. Sonó de nuevo, esta vez le iba a gritar para que me dejase en paz y borrase su número de mi agenda, pero no era Harry.
- Hola cariño- me aclaré la voz.
- Hola cielo, ¿quieres que salgamos esta noche?- me preguntó.
- Sí, claro- contesté.
- OK, a las ocho y media paso a buscarte y vamos a cenar- dijo él.
- Esta bien, un beso- contesté.
- Te quiero- me dijo.
- Y yo- colgué el teléfono y me tumbé en la cama.
Llamaron a mi puerta y me sequé las lágrimas lo más rápido que pude.
- Hola Kate, ¿paso algo?- pregunté.
- Sí, pasa que no se como pero Harry está en la puerta preguntado por ti- mi hermana tenía los ojos abiertos como platos.
- Dile que se valla y que no me moleste- dije enfadada.
- ____, es Harry, tú me contaste que érais amigos- dijo ella.
- Tú lo has dicho, éramos- contesté.
- Lo seguimos siendo- Harry estaba detrás de mi hermana- siento haber entrado así pero...
- No pasa nada, yo os dejo para que habléis- Kate le dejó pasar y cerró la puerta de mi habitación.
- ¿Qué haces aquí? ¿cómo sabes donde vivo?- pregunté de brazos cruzados.
- ___, no me puedo creer que seas tú, estás muy cambiada. Siento mucho no haberte reconocido pero ahora todo encaja. No solo ibamos a la misma clase, sino que éramos amigos y siempre me apoyaste con lo de X Factor- se acercó a mí.
- Lo sé y tú me diste la espalda- retrocedí.
- Tú también te distanciaste- dijo.
- Solo tenías tiempo para Hanna y para cantar, pero no te estoy culpando- contesté.
- Y lo siento, pero ahora estoy aquí y quiero que volvamos a ser amigos. Por alguna razón nos hemos vuelto a encontrar- Harry estaba hablando en serio, lo sabía.
- Harry ya no merece la pena- miré hacia otro lado, no podía mirarlo a los ojos.
- ¡Cómo que no merece la pena! _____ por favor- insistió.
- Harry es mejor que te vallas, me tengo que arreglar- dije.
- ¿Vas a salir? ¿con tu novio?- preguntó.
- Sí, ¿tienes algún problema?- abrí la puerta para que saliera.
- No, ninguno. Está bien, me voy, pero no me he dado por vencido- salió y se fue.
No sabía que iba a pasar ahora, pero algo se había activado dentro de mí. Me senté en la cama y algo me molestaba. Era la pulsera, la que Harry me había dado y yo le di hace un rato. ¿Cuándo la había puesto en mi cama?
Yo no había cambiado tanto, solo tenía dos años más desde la última vez que lo vi. No había venido muchas veces por aquí y las que lo había hecho, había sido imposible hablar con él o simplemente preguntarle que tal le iba todo, con todo esto de las fans a su alrededor. Me acuerdo cuando fuimos Kate y yo a un concierto de los chicos en Liverpool; yo no quería ir, pero me acabó convenciendo. Además así vi a los otros chicos que, aunque no los conozco me parecen muy simpáticos y muy guapos; la verdad es que están muy buenos, no lo voy a negar.
