Capítulo 28---Me odia---

85 5 0
                                    

NARRA NIALL

Me senté en el sofá tirando mi cuerpo hacia atrás derrotado. Abrí con rabio la lata de cerveza, la tercera en esa noche, y trago con pena el líquido que hace arder mi garganta en segundos. Veo a Louis, que me miraba triste, en frente mía. Suspiro y dejo de mirarle para poner mis ojos en el techo blanco, perdiéndome en el.

- No sé como.- empecé a hablar- Pero lo sabe.

- Lo tenía que saber amigo.

- Pero no ahora.

- No la dejarías...

- Morir, solo eso, no la dejaré mientras me odie.

- No hay nada que hacer, no nos recuerda...

- A mi sí- respiro hondo- Aún.

Trago de nuevo la cerveza y escucho a Harry hablar por teléfono.

- El décimo en la lista, nada.

- Es su final- Liam me mira- Nuestro final.

- No sé que...- relamo mis labios- No sé que hacer ahora mismo.

Con el pulgar quito la lágrima que ha caído por mi mejilla y les miro. Todos están devastados por esto, pero no tanto como yo. Suspiro como tantas veces en esta noche y me siento bien en el sofá. Observo la lata de cerveza medio vacía, como mi interior ahora mismo.

- Tal vez si seguimos intentando...

- Nada.

- Niall.- escucho a Liam- Todo saldrá bien.

- Se muere- los miré de nuevo- ____ se está muriendo, su maldito cráneo se esta reventando. Sus jodidas funciones se están apagando, en cuestión de semanas morirá. A ti, Liam, te acaba de olvidar, tú, Louis, fuiste el primero y luego te siguió Harry. Yo estoy apunto y si aún me recuerda, siento que no lo hace, porque ahora mismo sabe lo que hice aquel día, no sé como, pero lo sabe. Y Zayn es nuestra esperanza, sus amigas han sido olvidadas, Brad, Anne, Matt, han sido olvidados, todos han sido olvidados...

Me miraron sorprendidos por mis palabras y yo solo estrangulé la lata ya vacía, tirándola a continuación por algún sitio de la sala. Apreté mi mandíbula y me levanté rápido, luego cogí mi chaqueta y me fui de ayer dando un portazo.

Caminaba por la calles con lágrimas en los ojos. Esta estaba solitaria, nadie me podía escuchar gritar o sollozar mientras despeinaba mi pelo pasando mis manos de arriba a abajo de mi cabeza. Pateé cada botella, bolsa o lo que fuera que habría en el suelo, haciéndolo romper o solo chocar contra otras cosas. Empecé a caminar sin rumbo por la carretera vacía de coches.

Hasta que al fin, llegué a una pequeña montaña, donde me subí hasta la cima y me senté en esta. Respiré profundo y limpié con fuerza las lágrimas de mis ojos hinchados e inyectados en sangre. Después de eso sollocé, sollocé mientras la luna desaparecía y al cabo de un rato aparecía el sol. Luego, solo e fui con un nudo en la garganta y un corazón roto contra el suelo.

Amor odiado (Niall Horan y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora