Capítulo 16---Lo tengo todo y no tengo nada---

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NARRA NIALL:

Ella miraba a un punto fijo y yo la miraba a ella desde la ventana ya que por u bien, no me dejaban verla. Han pasado semanas desde el accidente y ella va mejorando, ha recordado algunos recuerdo buenos conmigo y los demás, de tal modo que ya a aceptado a Louis, Miriam, Jennifer y Harry, algo es algo.

Matt: Ten cuidado Horan, que se te cae la baba.-le miré fulminándolo y él soltó una carcajada ronca, desde el accidente su voz a cambiado a más ronca.

Yo: ¿Cómo te va en el boxeo?

Matt: Ni que tu no supieras, ¿Cuántos días faltan?

Yo: Una semana.

Matt: Sabes que te voy a ganar.-esta vez fui yo quien se rió y me alejé del cristal para sentarme junto a él.

Yo: No estés tan seguro amigo mío, si gano se lo dedicaré a ella.

Matt: ¿Aún no...? 

Yo: No, soy el último en recordar, al parecer.

Matt: Es normal, paso más tiempo contigo.

Yo: Ya...la echo tanto de menos.

Matt: Yo también lo haría.

Yo: Tienes mucha suerte al no olvidarse de ti.

Matt: Lo sé...aveces pregunta por ti-un destello apareció en mis ojos y sentí como mi corazón ardía con su recuerdo.

Yo: ¿Qué le dices?

Matt: Que quieres que vuelva, como todos. Aveces le cuento cosas sobre ti...un día se enfadó porque le conté sobre tus vicios que han vuelto a flote- afirmó, recordando.

Yo: Eres idiota.

Matt: Eso fue lo que me dijo, ya que según ella fue mi culpa por dejarte.

Yo: Es como una niña inocente.

Matt: Sí...-se proclamó un silencio acogedor y él volvió a hablar- ¿Has sabido algo de Ariana?

Yo: No, ya sabes que se mudó a otra ciudad por el campeonato de boxeo, entre eso y que le dije que jamás la ame, normal que no quisiera estar.

Matt: Eres idiota.

Yo: Eso mismo me dijo ella, claro que después me dio una bofetada y ahí se notó el boxeo- los dos nor miramos y reímos.

Matt: Bueno, ahora tienes carretera libre.

Yo: Sí, pero hay un poco de niebla, no sé ni en que punto de la carretera estoy.

Matt: Josh se ha ido a otra ciudad y Ariana también, ¿Qué más quieres, amigo?

Yo: A ella.-me miró un instante y yo mantuve la mía hacia el suelo blanco.

Matt: Lo tienes todo...

Yo: Y a la vez nada-terminé la frase y tocó mi hombro haciendo levantar mi mirada.

Matt: Debo irme, es hora de entrenar-me sonrió y yo asentí como forma de despedirse, se levantó y se fue dejándome de nuevo solo.

Suspiré y apoyé mi cabeza en la pared, ordenando todos mis pensamientos, y sin más, caí dormido.

NARRA ____

Suspiré y miré por la ventana esperando ver su rostro, algo dentro de mi le hecha de menos. He recibido visitas de Josh, me dio las gracias por salvarle la vida aquel desastroso día y me dijo que todos me echaban de menos. No dejo de pensar en Alan, fue una pena su muerte.Y tampoco dejo de pensar en el disparo que acabó con su vida, con la de Justin.

De nuevo, saqué otro suspiro de mi boca, me aburría aquí dentro encerrada por cuatro paredes sin color alguno. Me levanté de un salto, ya nada me dolía del secuestro, esta bien, menos mi estúpido cerebro. Me subí en la silla de ruedas y abrí la puerta para salir de allí y me encontré con él, sabía que estaría aquí, siempre está, en la ventana o dando vueltas por el pasillo sin saber que hacer.

Sé que le prohibieron estar junto a  mi  por si le hacía algo y también sé que no se lo haré, hace días que mi cerebro está bien pero hago como que no. No  sé que hacer, tengo miedo de que me pasaría, tengo miedo de mi destino. 

Me acerqué sin hacer mucho ruido y miré la cara de ángel, bueno más bien, de sueño. Se notaba el cansancio y el dolor en ella, daba pena lo que le estaba haciendo. Me acerqué más aún y posé mis labios en los suyos sin despertarlo, aún no estoy preparada para salir. Hace unos minutos he decidido que diré la verdad cuando falte un día para la gran pelea de Thompson y Horan, es decir, de Matt y Horan.

Estoy fastidiada porque ha vuelto a beber y a fumar, porque ha vuelto al boxeo y porque me hace sentir mal, pero a la vez estoy enamorada, por el chico estúpido pero guapo que es, por sus besos y caricias que recuerdo y por su inocencia.

Otro suspiro salió de mi boca y me fui de allí hacia el patio, le di mi carnet de pase al médico que siempre estaba allí para vigilar a los que salían y sentí el aire chocar contra mi cara pálida. Se sentía bien salir afuera, nunca había nadie, así que paseaba sola por la pista de baloncesto que había pensando en mi vida.

Los psicólogos han hecho que el secuestro no me haga suicidarme ni temer a las personas, simplemente me han hecho ver que no se puede confiar en todos. El grupo de apoyo me ayudó bastante en mi mente, entraban y salían cuando quería, haciéndome saber la verdad. Se sentía bien este momento de paz, saber que todo a mi alrededor esta bien, pero sigue habiendo dolor en mi pecho.

Una vez más me doy cuenta de que me falta él.

De que lo tengo todo y a la vez nada.

Las ruedas se frenaron y me quedé viendo el horizonte, no había nubes que cubrieran la montaña que se veía desde aquí. Otro suspiro se hace sonar en el aire y me levantó de la silla de ruedas, me acerqué al borde que dice el final del patio y me senté en el con las piernas afuera, no tocaban el suelo. El aire volvía a chocarme y cerré los ojos, imaginándome con él, de nuevo, en casa, viendo cualquier película mala que con nuestros besos parecía ser la mejor.

Pero abrí los ojos y la realidad chocó contra mi como un látigo y el dolor volvió al pecho, no le tengo, ni a él ni a su corazón. Matt me cuenta cada día cosas sobre él y se lo agradezco, pero no es lo mismo que estar en la cocina haciendo la comida y que te abrace por detrás, que te bese el hombro y suba hacia el cuello, que cambie de dirección a la mejilla y que con una de sus manos te haga mirarle a sus ojos azules como el cielo que tengo encima mía ahora, que te de un pequeño pero grande beso y que te diga que su vida va bien conmigo, que su día le ha ido genial y que le irá mejor si estoy con el, que te haga sonreír y que no te deje hacer la comida, que el tiempo se detenga y vuelva a moverse cuando le tienes junto a ti ayudándote, con nuestras manos unidas.

Un sollozo es esta vez quien se escapa de mi boca y siento el recorrido que lleva mi lágrima hasta caer de mi mentón, me seco el recorrido de la pesada y caliente lágrima y sigo mirando el paisaje. Otro suspiro sale y me levanto del bordillo, me siento de nuevo en la silla y salgo de allí.

Voy por los pasillos hasta llegar al mío y ver que ya no está, un pensamiento pasa por mi cabeza " Algún día se cansará de ti y de esperarte", mi corazón arde ante el miedo de que eso suceda y entro en mi habitación, de nuevo, estoy sola con estas cuatro paredes. 

Amor odiado (Niall Horan y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora