Capítulo Tres: El Candidato

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Isabela

-¡Carajo Hayden!- espeté cerrando la puerta del auto de un solo golpe

-¿Qué querías que dijera?- dijo molesta -Estaba asustada, lo siento, entré en pánico y lo único que vino a mi mente fue Kaleb-

-Maldito sea Hemsworth- espeté encendiendo el auto

-Oye no- me miró seria -A Kaleb ni lo menciones-

-¿Y qué voy a decir ahora, genio?- la miré mal -No tengo novio y mucho menos uno que pueda serme de utilidad por al menos un mes-

-¿De qué hablas?-

-Ay...- suspiré y pegué mi cabeza al volante

-Perdón- musitó y recargó su cabeza en mi espalda -No quise meterte en problemas-

-Lo sé- musité -Perdón por maldecir a Kaleb-

-No hay problema- sonrió -No es como si él se llegara a enterar de esto-

-Estás loca- reí

-Lo sé- dijo riendo

Ambas comenzamos a reír y después dejamos de hacerlo a la vez que de nuevo nos sentábamos en nuestros asientos.

-¿Y ahora qué?-

-Creo que...- musité -Tengo que conseguir novio-

-¿Y qué tal Colton?-

-No- negué y miré mis manos -Colton es un buen chico, es amable y atento, no quiero engañarlo para utilizarlo un mes-

-¿No te gusta, verdad?- me miró seria

-No- suspiré

-¿Y por qué dices que solo por un mes?-

-Porque en un mes estaré graduada, comenzaré a trabajar en mi propio restaurante y estoy segura de que para ése entonces mis padres ya no me podrán controlar. No me dirán con quién casarme-

-Lo dices como si lo hubieras planeado toda tu vida- dijo seria

-Es la verdad. Veo a mis hermanas y me niego a creer que yo terminaré así, yo no quiero atarme a un hombre y menos a un sólo lugar, quiero ser libre y hacer lo que siempre he querido hacer-

-Igual que Isaac-

-Sí...- murmuré

-Perdón. No quise mencionarlo, pero es que cuando hablas así, te pareces tanto a él que no sé que decirte-

-Creo que al menos aprendí algo de él-

-¿Y qué aprendiste?-

-A no amedrentarme ante mi familia- miré al frente -Él siempre fue así y no quiero que ahí termine su esencia-

-Isa- dijo y me abrazó -¿Te amo amiga, lo sabes, verdad?-

-Claro que sí- sonreí

-No cometas los mismos errores que él, no quiero que tú también te vayas de aquí y no vuelvas-

-No te abandonaré nunca- dije y la abracé -Tranquila-

-Más te vale-

-Hecho- asentí

(...)

Miraba desde mi mesa a toda persona con testosterona en su sistema que me pudiera funcionar para llevar a cabo mi plan.

-Isa-

-¿Qué?- miré a Hayden confundida

-Te estoy hablando-

Isabela, la niña buena ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora