Logan
Miré a Bela mientras que ella solo se mantenía en silencio y yo estaba a su lado. Me mantenía callado mientras que ella miraba su taza de té y se esforzaba por no llorar, ¿Cómo lo sabía? Fácil, porque sostenía con tanta fuerza ésa taza que la piel de sus manos comenzaba a tornarse amarilla, casi blanca.
-Dame eso- negué y le quité la taza
-Lo siento- musitó
Dejé la taza en la mesita de noche y volví a mirar al frente, no quería seguir incomodándola con mi mirada, pero fallé.
-¿Por qué?- la miré
-Por golpearte-
-No importa ya- sonreí a penas -Golpeas como una niña, además, creo que me lo merecía por ser un entrometido aquí-
-No lo eres- negó y me abrazó
Me sorprendí al sentir sus brazos aferrarse a mí como nunca antes.
El corazón comenzó a latirme demasiado rápido y hasta la garganta se me había secado en un instante, estaba sorprendido y anonadado; pero aún así me aferré a ella también y la abracé fuerte.-Sé que he sido mala...-
-Estás loca- sonreí -Tú eres así, no importa, no pienso cambiarte-
-Perdóname aún así-
-Perdonada-
-Gracias por quedarte-
-Siempre que me necesites, siempre voy a estar aquí Bela- la miré -Para eso estamos los amigos-
-Que raro eres- sonrió
-¿Yo?-
-Nunca habías comido tacos- me miró mal
-Bueno, en eso sí- asentí -Pero en lo demás, tú me ganas-
-Claro- bufó
Ella suspiró y aún así, siguió abrazándome como yo a ella. Era reconfortante tener un abrazo en un momento triste e incluso en uno amargo, como dice ella, es necesario tener un amigo a lado.
Y yo quería ser ése amigo.
Mierda.
Creo que me estoy enamorando.
(...)
-¿Debería tomar una foto?- rió alguien
Fruncí mi ceño y seguí durmiendo, o eso quería hacer, pero la quisquillosa voz de Kaleb no me dejaba.
-Listo-
-Lárgate de mi cuarto sabandija- murmuré con los ojos cerrados
-¿Por qué no despiertas y me golpeas?-
-No estoy de humor para tus bromas-
Me aferré de nuevo a mi almohada.
Que rara mi era almohada.
Ayer no recordaba tener una tan larga, hasta las piernas las tenía enrrolladas alrededor de...
-Mierda- dije y me levanté de un saltó
Me pegué contra la pared, pero eso no me importó, porque aún así seguí mirando a Bela dormir tranquila mientras que yo estaba bastante asustado.
-¿Pero qué?- miré a Kaleb
-Deberías verte- rió él -Estás más blanco que una hoja-
-Cállate, Kal- espetó Hayden
-Demonios- musité negando
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Isabela, la niña buena ©
Novela JuvenilSer la menor de cinco hermanos y que todos ellos ya tengan una vida hecha y derecha, pero que tú sólo tengas un montón de tiempo libre y una pelea cada mañana de cada día de la semana de toda tu vida. Eres Isabela Williams. La hija menor de la famil...