En este capítulo solo se contará la historia completa de Mackenzy Winslow, por lo tanto si el personaje no te interesa no es necesario que lo leas para continuar con la historia.
[—Winslow.— no respondía, permanecía sentada en la esquina de su habitación. Con una mirada demacrada que indicaba todas las noches de insomnio por las que había pasado. Cada minuto, cada segundo, cada instante; clavándose como agujas ardientes en su alma.
Sus ojos; nublados por el sometimiento inhumano que le daba a a esa pobre fémina.
"Te arrebataron tu humanidad" enunció frívolo Levi.
—Has pasado todas las pruebas, parece que ya eres una nueva mujer.
"Felicidades. Un maniquí más en este mundo"
—Pronto, podrás reintegrarte de nuevo a la sociedad. En cuanto llegue tu hermana y ella firme los papeles; y tú ya no volverás a pisar el suelo de este lugar.
"Que asco. La sociedad."
—Como último ¿Que piensas cuando digo "carne"?
"Necesidad, sed, tiernos ligamentos"
—Costillas texanas.— respondió Mackenzy.
"Mientes"
—Bien. Sin duda Estados Unidos recibirá de brazos abiertos a una mujer ejemplar como tú.
"Aleluya. Morirás en el mar de la hipocresía, siendo hipócrita."
La Doctora Castro abrazo al que había sido uno de sus pacientes más significativos sin duda. Extraña y retorcida, su comportamiento fúnebre aún le causaba cosquilleos en la piel. Más debía sonreír, debía fingir que todo estaba bien para que Mack se sintiera igual.
Aunque muy dentro de ella, una voz le susurrara que todo iba a empeorar.]
[—Vamos Mack. Solo es un hombre. No pasará nada.— se le insinuó Melissa. Tenía que admitirlo, para sus tan solo 16 años, su hermana era muy coqueta y atrevida. Suspiro e ignoro aquel comentario, tomó una trago a su agua y se concentró en las ondas que se provocaron en ella al momento de que la música golpeaba contra el vaso.
No comprendía la diversión juvenil. Era demasiado... insana desde el punto de vista de ella: alcohol, cigarros, drogas, música a decibelios excesivos, coqueteos.
—Camina hacia el, tranquila, no muerde.— le dictó al oido su hermana. Se le hacía imposible creer que ella se tratara de una Winslow. Los de su apellido siempre guardaban la compostura, tenían intereses intelectuales y sus impecables modales los hacían el atractivo de cualquiera.
Recordó a su madre y la comparo con Melissa. No se parecía ni en lo más mínimo.
Pero no la culpaba, al fin y el cabo sus padres habían muerto cuando era muy pequeña. Y quedó al cuidado de la nada.
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En la lejanía //Adrinette//
Fanfiction"Sean bienvenidos mis queridos huéspedes, al mejor hotel de la Carretera 76. Disfruten de la intimidad que se resguarda en las habitaciones, pues de ahí ningún ruido escapara. No te podrás perder del Gourmet nocturno, ni mucho menos el entretenimien...