Ese fue el sitio de encuentro el día siguiente, Ella fue con la ilusión de verlo, el tenia las mismas ganas de verla.
Y ahí estaba el, sentado en la misma mesa, con ese aspecto tan misterioso que la cautivaba cada segundo más.
Esta vez había mesas disponibles, pero ella fue directo a su mesa.
-¿Puedo sentarme contigo? Todas las mesas están ocupadas.
El alzo la mirada y sonrió al verla.
Ella quedo congelada, su sonrisa era realmente hermosa, unos dientes perfectamente derechos y blancos, unos labios que podría besaros sin parar.
-Claro, Siéntate. -dijo siguiéndole el juego.Y así fue, una, otra, y otra vez, estuvieron en esa rutina durante un mes.
El la conoció mediante charlas largas, le encantaba ella era simplemente natural, por fuera parecía una chica más, pero su mente era complicada. Le encantaba todo a la antigua, creía saber de ella casi todo, su color favorito, violeta, amaba las antigüedades, de hecho, trabajaba en una tienda de antigüedades.
Y lo mejor, no tenía novio.Todo se desarrolló naturalmente. Luego su primer beso. Su primera noche juntos, fue como magia, parecía la primea vez de ambos. La emoción, el morbo, la extraña sensación que sentían ambos de conocerse desde hace años. Él se aprendió su cuerpo de memoria, sabía exactamente como volverla loca.
Pero todo quedo en blanco cuando ella empezó a hacer preguntas sobre él.
Con cada pregunta que ella hacía, el daba un paso atrás, por alguna extraña razón, él no quería que ni ella ni nadie supiera sobre su vida, pero eso a ella le encantaba, era fanática del misterio.
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Vengo del aire
Teen FictionA veces el misterio puede ser atractivo, pero cuando no tienes las respuestas a las preguntas que puedan surgir, el desespero actúa y el amor se acaba.