La luz de la mañana le deslumbrara la cara a Alison, Dylan ya no estaba ahí, en lugar de eso, había una rosa roja y una pequeña notita
'Sigue las pistas, encuéntrame, la rosa huele delicioso. –Dylan'
Ella sonrió al verla, se llevó la rosa a la nariz y la olió.
-Aquí comienza la primera pista, supongo-Pensó ella, tomando el tercer pétalo de la rosa.
'Huele bien, ¿eh? Pero no mejor que tu AROMA'
Eureka, perfume, la chica se acercó a su tocador, donde coleccionaba toda la perfumería cara de su madre, recordó que en su cumpleaños Dylan le había regalado un perfume finísimo, se dirigió al botecito color plata y lo abrió, en la tapadera había otra nota.
'Eres astuta, ¿eh?, supongo que ya te dio hambre'
Hambre. Dylan era demasiado fácil. Esta vez la chica se dirigió a la nevera.
-Veamos, Dylan ama el jugo de naranja-La chica alargó la mano hacía el recipiente y debajo de él, estaba la siguiente pista.
'Me conoces bien, tanto como a las cosas antiguas'
Ella sonrió-
-¿Cosas antiguas?-Se preguntaba, mientras paseaba la mirada de un lado a otro en la habitación.
¡JÁ! La chica sonrió victoriosamente al recordar el relicario que había comprado en su primer día de paga, el costoso teléfono de época colonial
'7 números y ya lo tienes, recuerda, el año en que te conocí, súmale 3 al último dígito, y después suma tus años con los míos, te faltará uno, ¿Cuantos pétalos le has quitado a la rosa?'
-Vaya, el es bastante ingenioso-Pensó la chica para sus adentros, marcó el número y la ronca voz de Dylan contestó.
-Aun no terminas, ¿recuerdas nuestra primer cita?
-Como si hubiera sido ayer
-Te veo aquí
Y colgó
Alison no podía evitar estar emocionada, Habían tenido una noche reveladora, ella había entendido muchas cosas, sobre Dylan, su adorado Dylan.
Entro rápidamente al café donde se conocieron, él estaba en la mesa, leyendo el periódico.
-¿Puedo sentarme? Todas las mesas están llenas, y al parecer tú estás solo -Pregunto ella sonriéndole abiertamente.
Él le devolvió la sonrisa
-Claro, te estaba esperando.
-Me encanto todo.
-Te amo Alison. -Dijo Dylan sin más. -Baje a la tierra en un pincel por ti.
-Dylan... Yo te amo más.
-No... No lo creo.
-Ahora que sabes mi secreto, te has quedado sin palabras.
-No sé qué decir.
-Ahora podemos tener una charla tranquila entre nos, Si quieres te cuento porque te quiero, y si quieres... Cuento porque no.
-¿Porque me quieres?
-Por quien eres, LA mujer de mi vida. Te amo, tanto, muchísimo, necesito a veces que alguien... me sequen de tu piel, que te saquen de mi cien, soy tu alma y tu mi aire.
-Tú vienes del aire.
-Vengo del aire... que te secaba a ti la piel.
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Vengo del aire
Teen FictionA veces el misterio puede ser atractivo, pero cuando no tienes las respuestas a las preguntas que puedan surgir, el desespero actúa y el amor se acaba.