Prologo

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Isabel
Desde hace tanto tiempo las criaturas nunca han sabido convivir con los humanos, no importa cuantos acuerdos querían hacer, alianzas, contratos, siempre nos veían cómo demonios, pero ese no era el gran problema. El problema eran los vampiros y los licántropos. Tal ves las brujas y brujos mantenían discreción y trataban de mezclarse con los demás, después de todo eran quemados si eran descubiertos. Sin embargo los vampiros y licántropos eran menos discretos con su existencia por su rivalidad entre ellos, nunca se llevaron bien unos con otros.

Hace 300 años hubo una gran batalla entre licántropos y vampiros. Dejando múltiples muertes, no solo vampiros y licántropos, sino brujos y hasta humanos. Se le llamó, la gran masacre. Desde entonces los vampiros, licántropos, brujos y humanos acordaron formar una alianza para evitar de nuevo esta gran masacre, se decidió poner 3 acuerdos:

•    Mantener el secreto de la existencia de lobos, vampiros y hechiceros a los humanos (pocos humanos conocerían de su existencia, pero estos solo deberían ser los grandes líderes).

•    El asesinato seguido de varias especies, ya sean humanos, vampiros, etc.

•    Romper la alianza establecida

Se mantendría el secreto ya que había humanos que no estarían preparados para tal revelación, habría caos, así que se guardó el secreto. Solo a los líderes humanos se les diría el secreto.

Los vampiros consumían sangre humana para sobrevivir y para ello se les controlaría el consumo de sangre. No podían morder humanos, se les controlaría dándoles una cierta ración de sangre de un hospital en específico. Era peligroso morder a un humano, ya que un vampiro cuando ingiere sangre fresca de humano puede desprender un veneno por la adrenalina, convirtiéndolo en vampiro.

Cualquiera que rompiera estás tres reglas sería condenado a un juicio, para ello se creo una organización que se encargaría de estos asuntos, se llama la gran orden (LGO).

Y así fue como la tranquilidad y paz perduró, lo problemas que alarmarían al mundo los limpiaba la LGO, para que no perturbara la tranquilidad.

Mi nombre es Isabel Cavaliere, soy un vampiro que ha sabido mantener un estatus muy alto, y no por mi clan sino por mi trabajo y acciones. Trabajo en la LGO, pero como en cada organización hay varias áreas que cubrir, estaba en la más alta, los asuntos importantes que atender y todo gracias a mi hermano Sebastián. Él es mayor que yo y me enseñó todo lo que se para alcanzar un puesto debido en la organización. Estoy en mis 125 años, soy muy joven, mi hermano ya tiene 200 años, ha vivido más tiempo que yo.

Mi pasado es algo a lo que no le tomo mucha importancia. Antes era humana y mis padres murieron en un incendio, fue cuando conocí a mi hermano, él me rescato y me convirtió en un vampiro a determinada edad. Siempre lo he visto como un padre para mí pero el siempre me ha dicho que lo trate como un hermano, en fin, mi vida es genial, no puedo pedir más, me tomo mi trabajo muy enserio.

-    Hermana, que bueno que estés trabajando duro – decía mi hermano entrando a mi oficina.

-    Hermano, que bueno es verte, ¿terminó la reunión? – decía mientras dejaba los archivos que me encargaron revisar.

-    Si, me dieron nuevas instrucciones, tus tareas cambiaran – me dio un archivo. Cuando lo leí me sorprendí.

-    ¿Es en serio?, no me pueden asignar algo tan tonto, soy un rango mayor, necesito las tareas difíciles – decía enojada y alterada.

Las reglas son para romperse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora