Pánico

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Isabel
Estaba despertando, sentí que un peso me hacía falta, era Jenny, y cuando me di cuenta rápidamente me levante y empecé a buscarla. En la cocina no estaba, tampoco en la sala de estar, en el baño tampoco, demonios solo quedaba un lugar y era el cuarto de Nicole. Subí rápidamente y se me hizo extraño no verla tampoco, me preocupe más y empecé a buscar de nuevo, gritaba sus nombres por toda la casa, pero no estaban.

Me decidí tomar mis píldoras para el sol, me vestí y recorrí todo el bosque, ahora si estaba preocupada. No estaban, así que revise de nuevo el cuarto de Nicole, puede que hubiera una pista. Cuando estaba por darme por vencida me di cuenta que había un dibujo en la pared, era extraño porque ella nunca pegaba sus dibujos en la pared, lo retire y descubrí un hoyo en la pared. Me alarmé, su transformación será muy pronto y cuando vio a Jenny es probable que haya perdido el control. Entre en pánico. Cuando estaba apunto de salir para buscarla una llamada entró en mi celular, me quedé viendo el celular por unos segundo para decidirme si contestar o no, era de mi hermano así que me decidí por contestar.

-    Espero que sea urgente, tengo un problema aquí – decía molesta y sería.

-    Créeme que es urgente. Estuvimos investigando al asesino serial, al parecer volvió a secuestrar mujeres y... – interrumpí a mi hermano.

-    No tengo tiempo para eso, no es mi misión, estoy en otra y se me prohibió involucrarme – decía molesta.

-    Solo te estoy avisando porque secuestraron a alguien que conoces. Su nombre es Jenny Evans – cuando escuche ese nombre me quedé en shock, era imposible, ella estaba conmigo – Isabel, ¿estás escuchando verdad? – decía mi hermano molesto.

-    No, pero eso es imposible, ella estaba aquí conmigo – decía preocupada y confundida.

-    Eso es imposible. Encontramos su departamento destrozado, como si hubiera una pelea o persecución, además se dejó una nota en su departamento con el número 10. Sabes que el asesino siempre deja notas con los números – decía mi hermano confundido. Estaba preocupándome cada vez más. Nicole no estaba, revise bien afuera de la cabaña. Entonces me di cuenta de algo. Al parecer pase desapercibido un papel que estaba abajo de mi automóvil, ma agache para verlo y me quedé en shock – ¿Isabel? – decía mi hermano confundido.

-    Once – decía preocupada.

-    ¿Once?, Isabel estoy confundido, no sé que me estás diciendo – decía molesto.

Por primera vez sentí como un escalofrío me pasaba por todo el cuerpo, era una sensación horrible. El pánico me empezó a inundar, no podía controlarme, no podía pensar. Por la mente me pasaron recuerdos que tenía con Nicole, sentí como esa sonrisa se desvanecía en fuego, sentía como esa persona que tanto me abrumaba y atraía al mismo tiempo iba a ser arrancada de mi lado a la fuerza. Las lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas, mis ojos estaban perdidos en el infinito, mis manos empezaron a temblar, y por un momento deje de escuchar a mi hermano que estaba gritándome por el otro lado del teléfono.

-    ¡¡ ISABEL!! – decía mi hermano gritándome – ¿que carajos... – lo interrumpí.

-    Tenemos un problema – decía con la voz temblorosa.



-    Esto si es un problema – decía Joseph, uno de los líderes de la gran orden. Era un vampiro viejo, de las épocas de la guerra. Estaba preocupado por este asesino serial, era un caso grave – un licántropo se involucró en esta catástrofe, ¿qué más sigue? – decía el viejo vampiro fastidiado.

-    Lamento ese problema mi señor – decía mi hermano inclinando su cabeza hacia adelante un poco.

Me encontraba en la gran mesa de decisiones, una sala donde se discuten temas muy importantes con los grandes líderes de orden.

Las reglas son para romperse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora