Sin sentimientos hay éxito

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Nicole
Mi vida era sencilla y única como la de cualquier chica lobo de 17 años. Adoraba poder estar con mi tío, me dolía no tener padres pero mi tío era todo para mí. Me enseñó todo lo que sabía, él me protegía, me demostraba que podíamos dominar a la bestia qué hay en nuestro interior, que no debíamos temer a lo desconocido.

Todo cambio una mañana, yo había llegado de cazar unos conejos. Mi tío creía que debía ser hora de ir aprendiendo todo sobre un licántropo ya que no tardaba mi transformación, pero al llegar a casa encima de la mesa de la cocina encontré una carta para mi, era de mi tío. Al leerla, lágrimas caían con desesperación, había ido directo a su muerte.

Al terminar de leer corrí lo más rápido que pude sin dirección alguna, llorando de frustración al no ser un licántropo para poder encontrarlo y decirle que lo necesitaba. Fue demasiado tarde.

Recuerdo que hace una semana él había mencionado que saldría a resolver unos asuntos, quise acompañarlo pero me lo negó. Después de eso él se fue esa mañana con una cara de preocupación increíble. Debí insistir más, debí ir con él, debí evitar su muerte.

Una chica alta, de ojos azules, de pelo negro y corto, con algo de músculo marcado en su cuerpo me encontró. Se trataba de Sofía, que llegó a mi toda cansada y triste al verme. Ella me estuvo buscando, me llevó a casa y me cuidó hasta que llegaron esos idiotas de la LGO. Seguramente me llevarían a un orfanato, a un lugar terrible, yo no quería eso, tenía tanto miedo.

Hablaron con la manada de Sofía, ella se ofreció a cuidarme para que no me llevaran pero no podía atenderme todo el día, ella le comentó a los de la LGO que yo no tardaría en transformarme y debía alguien enseñarme. Hablaron de muchas cosas, entre ellas que encontraron a mi tío en un acantilado, mutilado y desnudo, ellos sabían quién era el asesino y tomarían cartas en el asunto.

Sofía me cuido 5 días, al 6 día me comentó que ya no podría cuidarme tanto tiempo, incluso me ofreció unirme a su manada para que no me llevaran pero yo no quería, no quería perder mi apellido, no quería perder lo único que me quedaba de mi familia. Después de eso me soltó la bomba, el comentario que me hizo enfurecer. Al parecer el juicio ya se había dado y el maldito asesino quedo libre, según porque estaba en su derecho, ya que mi tío mato primero a su esposa.

- Hay una ley que dice "todo aquel que sufra la pérdida por culpa de una asesinato, está en su derecho de matar al asesino" eso es lo que me dijeron, el desgraciado no enfrentará consecuencias, solo vigilancia y su silencio de que no vaya a decir nada sobre nosotros – decía Sofía decepcionada.

- ¡¿Qué!?, ¡esos hijos de perra lo dejaron libre mierda! – decía toda enoja, llorando por la frustración. Esos últimos días no podía controlar mi mal humor y carácter.

- Tranquila Nicole, tranquila, no te alteres – decía Sofía tratando de calmarme.

- ¿¡Cómo carajos voy a calmarme!? – decía furiosa – ¡MIERDA! – seguía dando vueltas de un lado para otro por toda la cabaña.

- Sé que estuvo mal, pero tu tío también mato a alguien inocente, eso pasa cuando no te puedes controlar, así que contrólate ya Nicole. Por lo menos llegue a un acuerdo que te animará – decía Sofía con una sonrisa.

- Nada puede animarme – decía furiosa.

- No te irás a ningún orfanato ni nada, te quedarás aquí – decía Sofía mirándome sería, eso sí llamo mi atención – pero cómo estás en la etapa de tu transformación mandaran a alguien a cuidarte – decía arruinando mis esperanzas.

- ¡Que hijos de puta! – decía molesta de nuevo.

Sofía me hacía entrar en razón a la fuerza, nos llevábamos muy bien ya que nos conocíamos desde que me mude a la cabaña cuando era una bebe. Ella y yo nos llevábamos bien.

Las reglas son para romperse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora