Mi pesadilla

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Isabel
Había pasado una semana desde que me mude con lo que ahora se convirtió en mi pesadilla: Nicole.

Mi misión era simple, hacer que se controlará, después de eso sería asignada a otra misión de la que ya acostumbraba. El problema es que era horrible soportarla.

En las mañanas hacía mucho ruido, entrando y saliendo de la casa por su "desayuno", y como duermo en la sala, en el sofá viejo es fácil escuchar todo lo que hace. Lo peor es que lo hace a propósito.

Cuando entro al baño para darme una ducha ella lo deja todo sucio, tanto que prefiero bañarme en un río cerca que en esa cosa que llaman baño.

En las noches solo escucho como hace ruidos, aún no se a transformado pero se la pasa aullando como si ya fuera un licántropo, y cada vez encuentra nuevas formas de poder molestarme. Todo eso para rendirme e irme.

El único rato libre que tenía era en la tarde cuando tenía que ir a trabajar, claro aunque solo fuera ordenar archivos y revisar casos de la LGO era agradable no tener que estar aguantando a la chica loba y sus insultos. Mientras yo trabajaba esas horas Sofía cuidaba de ella.

- Aunque tienes la misión encima no te impide venir, ¿verdad Isabel? – decía mi hermano sonriéndome desde el marco de la puerta de mi oficina.

- Bueno es mejor que estar aguantando a la chica loba – decía suspirando y cansada.

- Bueno no iba a ser tan fácil, es un trabajo difícil – decía mi hermano acercándose y mirando lo que ordenaba – no sufras, en cuanto termines volverás a las misiones habituales, así que no te tardes.

- Lo dices como si fuera tan sencillo, como tú tienes las misiones buenas – decía molesta.

- Jajaja o vamos hermanita, es importante la misión que tienes – me decía mirándome pero yo solo le dedique una mirada de odio – bueno, a lo mejor no sabes lo importante que es – decía caminando a la salida de mi oficina – ella conoce al asesino de su tío ¿lo sabes?, el humano prometió no decir nada sobre nuestra existencia, llegamos a ese acuerdo, pero si ella se le ocurre buscarlo – en ese momento me miró con seriedad – será algo difícil de limpiar – después de eso el se retiró.

Tenía razón, no sabia ese pequeño detalle, era importante la misión, pero aún así era molesto tener que soportarla.

Al terminar subí a mi auto y me dirigí al hospital más cercano por mi ración de sangre, a todos los vampiros se les reparte cierta cantidad, ese es el acuerdo. Claro hay vampiros que no están de acuerdo y es cuando empiezan a matar humanos. Es ahí cuando la LGO debe hacer su trabajo. Esas eran las misiones interesantes, atrapar rebeldes, criaturas que solo le tratan de hacer daño a los demás. Es algo que no puedo soportar.

Llegue con la encargada, deje la tarjeta en el mostrador, pero ella como siempre estaba distraída hablando por teléfono, así que entre a su lugar de trabajo la tome por los hombros y le dije:

- Buuu – con algo de seriedad.

- ¡Ahhhhh! – Jenny cayó de la silla espantada y tirando el teléfono con el que hablaba al piso, cuando volteo a ver de quién se trataba se levanto y me dio un golpe en el hombro – eres una idiota Isabel – decía enfadada.

- Siempre estás distraída, deberías atender el negocio – decía riéndome.

- Mmm pesada – tomó el teléfono y le dijo a la persona con la que hablaba – lo lamento es una amiga, debo atenderla te llamo después, adiós cuídate – colgó – hoy vienes a molestar por tu ración Isabel

Las reglas son para romperse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora