La cara de la otra moneda

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Isabel
Corrí lo más rápido que pude a la cabaña, con mi velocidad no me tardé tanto en llegar. Cuando abrí Lucia se encontraba abrazando a Nicole, cuando me vieron entrar ambas se separaron, me había puesto celosa, Lucia decidió retirarse dejándonos solas.

-    Nicole – cuando ella me vio corrió hacia mí y me abrazo muy fuerte – Nicole, puede que no sea real puede... – ella me interrumpió.

-    Es real, es la letra de mi tío, ¿Por qué no me lo dijo?, ¿Por qué me oculto tantas cosas?, ni siquiera era mi verdadero tío – decía sollozando en mi pecho.

-    Él lo hizo para protegerte, no debes juzgarlo, debió tener sus razones Nicole – decía abrazándola.

-    ¿Por qué me dejo sola?, ¿Por qué se fue?

-    Yo estoy aquí, y yo nunca te dejaré sola – la mire a los ojos, los tenía bastante rojos, tenía lágrimas en las mejillas, no dejaban de salir, así que le di dos tiernos besos en los ojos, después le dio uno en la frente – yo voy a estar aquí pase lo que pase

-    Isabel – la bese en los labios, fue un beso tierno, uno dulce e inocente, se sintió como si fueran los primeros besos que nos dimos cuando comenzamos a besarnos.

Subimos a su cuarto, cuando nos acostamos le prometí que me quedaría despierta cuidándola y así lo haría, ella se quedó profundamente dormida, podía observar cómo entre sueños mencionaba a su tío. Me sentía frustrada, de solo pensar qué tal vez el señor Christopher tenía razón me preocupaba, qué tal vez la organización no es del todo santa y pura. Lo que me preguntaba es ¿Por qué mi hermano nunca me menciono eso?, ¿Trató de protegerme?, yo ya no sabía en qué creer, sentía como todo lo que conocía se derrumbaba, lo bueno y lo malo ya no lo sabía distinguir. Debía decidir pronto, solo así podría ayudar a Nicole, a salvarla de esta batalla sin sentido.

-    ¿Un vampiro? – preguntaba mi yo de 12 años.

-    Si, por eso soy veloz, no como y uso pastillas. Todas las preguntas que tienes son resultas con esa simple palabra – decía mi hermano dedicándome una sonrisa.

-    ¿Entonces que hace un vampiro?, ¿Mata personas? – decía asustada.

-    Jajaja no hermanita, yo ayudo al mundo a ser un mejor lugar – decía acariciando mi cabeza.

-    Estás siendo sarcástico – decía enfadada.

-    No, claro que no, trabajo para una organización que ayuda a nuestra especie, nosotros mantenemos el secreto de los vampiros, licántropos y hechiceros

-    Wow, ¿Enserio?, yo quiero ser parte de ella – decía emocionada.

-    No creo que te guste – decía mi hermano con una sonrisa falsa.

-    Claro que me gustara, quiero ser como tú Sebastián – decía sonriendo enormemente.

-    Pequeña enana, ven aquí te chupare la sangre – él se levanto y empezó a perseguirme por toda la casa, él me atrapó, empezamos a reírnos.

Desperté algo des ubicada, cuando mire a mi lado ya no se encontraba Nicole, no sabia en qué momento me había quedado dormida. Me levante rápidamente y baje las escaleras, no me encontré con Nicole, pero sí con Lucia. Ella estaba tomando café en la cocina, cuando notó mi presencia me observó.

-    ¿Dónde está Nicole? – decía algo mal humorada de verla ahí.

-    Ella está dándose una ducha – decía desviando la mirada.

Las reglas son para romperse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora