Advertencia: les aviso que este capítulo es algo fuerte, no tanto pero si hay cosas fuertes. Si eres una persona sensible mejor sáltate al siguiente capítulo. Gracias por su atención y ahora si disfruten el capítulo.
Nicole
Estaba asustada, no podía moverme. Lo único que me mantenía tranquila era saber que no estaba sola en esto, Jenny estaba aquí. ¿Por qué?, ¿quién la trajo aquí?, ¿quiénes son ellos?, demonios había tantas preguntas que responder.- ¿Dónde estamos? – le preguntaba a Jenny preocupada.
- No lo sé, no puedo ver nada todo está oscuro – decía nerviosa.
- ¿Quiénes son esos sujetos? – temía por su respuesta.
- Es un asesino – respondió una voz diferente. No la podía ver pero estaba a unos centímetros adelante de mi – nos escogió a todas nosotras para morir, tenemos mala suerte – lo que la chica dijo me asustó mucho.
- ¿Cómo que nos escogió? – preguntaba confundida.
- Si, él nos acoso y persiguió, le encanta hacer eso, ¿qué no entro en tu casa? – decía la voz confundida.
- No yo no... – no pude terminar de hablar Jenny me interrumpió.
- Es mi culpa, ese sujeto me estaba persiguiendo. Fui a tu casa con Isabel para poder tener protección, pero nunca le dije nada porque sabía que si le decía me sacaría de la casa por ti – decía Jenny apuntó de romper en llanto.
- ¿De que estás hablando? – me estaba empezando a molestar y confundir más.
- ¿No lo entiendes Nicole?, Isabel se muere por ti, nunca la había visto tan embobada por alguien. Ella sabía desde un principio sobre el asesino, ella te estaba protegiendo y si me paraba en su casa a decirle que el asesino me seguía ella me echaría para protegerte a ti – decía Jenny llorando – yo la amo, pero ella te ama a ti, era obvio que te protegería primero a ti – decía llorando.
- Me involucraste en algo que no me concierne – decía con la sangre hirviendo – ¡ahora nos matarán a ambas por tu culpa! – decía molesta.
- ¡Silencio! – decía una voz más gruesa y masculina. Todas la chicas se callaron y yo sentí miedo ante esa voz – Sahara tráeme a la chica número 11 – En ese momento prendieron unas luces muy luminosas. Por un momento me deslumbre pero pude ver como todas las chicas estaban en ropa interior, encadenadas, incluso yo estaba en ropa interior, me dio tanta vergüenza. Entonces momento una chica gorda, pelo negro y amarrado en una coleta, casi de mi estatura, con lentes y de piel más o menos blanca me desencadenó y me apuntó con un arma en la espalda, podía sentir el arma en mi piel, me asusté mucho.
- Camina o disparo perra – decía la chica agresivamente. No tuve de otra más que seguirla a unas escaleras que subían a una habitación nueva, ella apago las luces de nuevo y cerró la puerta, después de eso me hizo caminar hasta una jaula con cadenas, me encadenó de nuevo y me encerró.
La habitación estaba en malas condiciones, era pequeña, solo había una mesa y varios utensilios como cuchillos, bisturíes, un taladro, una cierra, jeringas con líquidos extraños, y varias cosas que servían para perforar o cortar. Eso estaba del lado derecho, enfrente de mí se encontraba la puerta que conducía al sótano donde tienen a todas las chicas, y a mi lado izquierdo se encontraba un sillón que me daba la espalda, sabía que el asesino estaba sentado ahí, estaba leyendo unos papeles. En ese momento se levanto, sentí como mi corazón se aceleró.
El sujeto se acercó a mi jaula y me miró con una sonrisa enorme y ojos saltones, sus ojos eran muy rojos, sus dientes estaban todos afilados como si se tratara de un tiburón. Su aspecto era horrible, tenía cicatrices en toda la cara, el pelo era de un tono gris, todo el pelo estaba peinado hacia atrás, era muy delgado y alto, demasiado pálido y llevaba solamente prendas blancas puestas.
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Las reglas son para romperse
RomansaIsabel siempre ha sido un vampiro fuerte e inteligente. El problema es que siempre pone sus sentimientos por encima de las misiones que se le presentan. Llega el día en que conoce a la chica Nicole, que la hace dudar de todos los principios que se l...