Desiciones

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Nicole

Había pasado ya una semana desde que supe la verdad, sobre mi pasado, sobre los planes de la LGO, que había sido engañada cruelmente por ellos. No tenía idea si Isabel era parte del plan, me dolía el solo hecho de pensar en que ella tenía algo que ver con todo esto, que el enamorarnos también fue un plan y fui engañada cruelmente por ella y por el bastardo de su hermano.

Sentí impotencia al pensar como él asesinó a mi tío. Quería arrancarle cada extremidad de su cuerpo, una por una, desangrarlo y torturarlo hasta que mi dolor sea satisfecho, si Isabel se cruzaba en mi camino de nuevo yo acabaría con ella.

- Nicole – decía una voz familiar detrás de mí, se trataba de Lucia – te traje algo de té – ella me extendió la tasa de té.

- No lo necesito – decía sin mirarla.

Estábamos en la profundidad de un bosque, no sabía exactamente cuál, estábamos muy preocupados, nuestra base había sido atacada y derrumbada por traidores y corruptos. Christopher estaba bastante débil por la batalla así que se encontraba descansado. Todos habíamos montado un campamento y yo me encontraba afuera de la tienda de Christopher, sentada, esperando a que despertara para poder hablar.

- Nicole, ¿Estas bien? – decía Lucia preocupada. No conteste, no me encontraba bien, me encontraba fuera de sí, me sentía como una bestia en vez de humana, quería venganza, por la muerte de mis padres, pero sobre todo por la muerte de mi tío.



Estábamos desayunando tranquilos en casa, como cualquier mañana. Mi tío estaba algo distraído ese día, no sabía exactamente porque, estaba realmente preocupada.

- Tío, ¿estás bien? – decía preocupada. Él salió de sus pensamientos para mirarme, esos ojos cafés se encontraban distraídos, me dedico una sonrisa falsa, sabia distinguirla.

- Si, solo son cosas pendientes Nicole, no te preocupes

Me quede preocupada, quería que me dijera que le preocupaba, él nunca se preocupaba por cosas insignificante, se preocupaba por cosas que eran graves, en parte quería preguntarle, pero no quería tensarlo más así que decidí no decir más.

Después del desayuno estuve dibujando. Me encantaba dibujar lobos, incluso hacia escritos sobre lo que me decía mi tío sobre los licántropos, como controlarse, como volverse más fuerte, incluso escribía leyendas que él me contaba sobre The Moon.

- Nicole – decía mi tío desde el marco de la puerta, yo lo mire – voy a salir un rato

- ¿A dónde vas? – decía curiosa.

- Iré a ver a un viejo amigo – decía con una sonrisa triste.

- Iré contigo – decía levantándome.

- No – decía de repente. Era muy raro que él fuera a lugares solo – yo iré solo, tardaré un poco así que no te preocupes – después de eso él desapareció, quería seguirlo, pero no entiendo porque no lo seguí.

Pasó una semana y no había señales de mi tío. Sin preocupación una mañana salí a cazar conejos, quería seguir aprendiendo para cuando llegara mi transformación. Cuando regrese encontré una carta en la cocina, cuando la leí sentí como las lágrimas empezaban a salir. Corrí en ese momento hacia el bosque, tratando de encontrar a mi tío, tratar de salvarlo. Era demasiado tarde, no tomaba ningún rumbo y me culpaba por no poder ser más fuerte para salvarlo. Sofía me encontró, se acercó y me abrazo con fuerza. 

- Nicole, él... – Sofía no pudo continuar

Sentía como las lágrimas recorrían mis mejillas, mi tío se había ido para siempre.

Las reglas son para romperse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora