Capítulo 16

935 85 58
                                    

— ¿Qué? — logró articular apenas el tricolor menor soltándose de sus hombros cayendo al suelo por el peso Yami no lo pudo sostener.

— ¿Estas bien? — preguntó preocupado tendiéndole la mano. Pero Yugi no lo notó, se sentía mareado y no porque haya bailado. — ven, —indicó ignorando que no dijera algo ante su declaración — vamos a beber algo.. ¡Yugi!

Gritó en cuanto su pequeño problema salió huyendo entre la gente al baño de la discoteca. Entró a un cubículo y vomitó.

Esa palabra le revolvió el estómago, sentía raro. Una mezcla de miedo pero revuelta con emoción; le provocó el malestar revolviendole el estómago sorprendente mal.

Ahora quería concentrarse en la canción de DevIn the Dark que sonaba fuera del baño y dónde las personas bailaban despreocupadas sin percatarse de que un niño de 16 años estaba vomitando por el amor.

Cuando acabó su trabajo le bajó a la cadena y se apoyó en la tapa del baño buscando consuelo sin saber que hacer en esos casos. Recordaba cuando Anzu, su primer amor le confesó que lo quería.

Él también en su tiempo la quiso, pero esto que sentía era totalmente distinto a lo que Yami, su psicólogo, le dijo en plena pista. No, confesó. La situación era distinta ¿qué era el amor en parejas? el no amo, el QUISO a Anzu.

Ahora deseaba no haberle hecho eso a la castaña, en este instante estaría llamándola pidiéndole un consejo que seguro su madre le daría. Ni siquiera Rebeca, ella tenía la suerte de no haberse enamorado o pasar situaciones amorosas complicadas.

— Soy un pendejo, — al salir del cubículo se miró al espejo limpio del baño — eres un demonio — repitió las palabras que le dijo el día de la fiesta Anzu. Y vio lo que le había hecho, diablos se pasó en serio con ella.— un demonio que no sabe que es el amor.

Calló al darse cuenta que una pareja entró al baño comiéndose a besos y entrando al mismo cubículo que entró él. Rodó los ojos y salió al escuchar gemidos.

No quería volver a la fiesta y que Yami le preguntará que sentía ante su confesión, ni el mismo sabía que sentía, pero definitivamente no era cariño del que tuvo con Anzu.

O eso creía el.

Mierda. Ni el mismo sabía que coño sentía.

Fue a un rincón de la sala sentándose y sacando su celular husmeando en Facebook, estaba vacío desde la última vez que lo usó. Quería distraerse y comenzó a buscar memes, se reía entre dientes mientras compartía algunos en su perfil. Eso lo despejaba un rato.

En Inicio no había gran cosa, fue bajando y bajando a ver que encontraba, pero nada. Hasta que una notificación le llegó.

Tienes una solicitud nueva. 

Yami Atemu
Confirmar     Eliminar

Este tipo era un stalker.

Siempre lograba encontrarlo, hasta en redes sociales. Aunque le causó cierta gracia, pensó que Yami era un adolescente buscando como FBI al chico que vio en el autobús y fue como amor a primera vista.

Aceptó la solicitud y por instinto visitó su perfil ¿a quién engañaba? le encantaba ese hombre y más que fuera mayor que el. De cierta forma era excitante saber que era ilegal para Yami por su edad.

Mi pequeño problema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora