— ¡He dicho que no me toque! ¡Suelteme carajo, lo nuestro terminó! ¡Atemu! — gruñó tratando de zafarse del agarre de su psicólogo mientras era metido a un sótano a la fuerza. — si me mata aquí dejará evidencia.
— No pretendo matarte. — cerró con seguro caminando a su pequeño. — sólo hablar.
— No tenemos nada que hablar — lo empujó en cuanto se acerco, su cercanía le causaba pánico. — hagase a un lado que no termino de darle la patada en los huevos a Marik.
— No.
— Hagase a un lado.
— He dicho que no. — aprovechando su cumplimiento de palabra se recargó en la puerta. — quiero arreglar lo que pasó.
— Yo no, usted lo dejó claro ¿no? Soy un monstruo, según usted, ahora déjeme pasar.
Yami suspiró exasperado. No iba ser fácil hablar con él, era culpa suya por decirle terribles cosas aquella noche. Pero debía ponerse en su lugar también.
No todas las personas te confiesan que casi violaste a una mujer por una apuesta, menos la persona que creíste que amabas jamás haría algo despreciable, claro que no.
Pero Yugi tenía un punto a favor; él jamás escuchó la versión de su historia.
— Te escucharé.
— Muy tarde, varios días tarde. — respondió el tricolor de espaldas.
— Mejor tarde que nunca. — susurró en el oído del menor al tiempo que lo mordía sintiendo como se tensaba. — dime.
— Me juzgará.
— Un psicólogo jamás juzga, sólo escucha. — Yugi se giró con la ceja enarcada con sarcasmo. — vale, un punto menos para mi. Soy pendejo, lo sé.
— Sí que lo es.
El sótano estaba totalmente vacío sólo lo adornaba una luz del techo y unos cuantas mantas de un ropero de ahí cerca. Era muy frío ahí abajo, demasiado frío para ser verano.
Yugi se sentó en el suelo acción que fue imitada por Yami sin dejar la puerta por si decidía huir y no contarle. No quería acercarse tampoco por el miedo a que Yugi volviera a sentir esa aura de temor contra el.
Sin saberlo le abrió una herida.
— Fue hace como un año, más o menos. Estaba con unos amigos de Bakura nada amigables, pero como ya no estudié me aburría en casa y Rebeca estaba en casa con sus amigas. Jugábamos a verdad o reto, típico juego de adolescentes. Para mi desgracia, elegí reto. Ojalá hubiera elegido verdad esa noche.
• • •
— Reto. — sonrió con aire de suficiencia a sus contrincantes y Bakura se limitaba a tomar.
— Bien... — un chico de cabello negro hacia atrás y con un piercing en la nariz y en la ceja. Algo mayor de los 19.— tu reto será fácil para ti, Mutou.
— Anda, habla. — incitó a continuar confiado. Cualquier cosa el podría hacerlo, no había duda.
Todos lo sabían.
Pero eso sería su peor ventaja.
— Quitale la virginidad a Alexis.
El alcohol lo escupió en el vaso, su estómago se encogió al oír las palabras de dicho hombre.
— ¿No te atreves verdad?
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Mi pequeño problema.
Mystery / ThrillerYugi Mutou es un chico problemático debido a una dura vida que empezó a llevar a sus 13 años, su madre harta de su actitud decide contratar a un psicólogo; Yami Atemu, . Pero el problema es ¿Podrá con esta difícil tarea sin mantener otra relación q...