— Están jodiendome. — empujó a Vivian que tenía el descaro de abrazarlo para consolarlo.— no me toques idiota.
— ¿Aún crees que es una broma? Vaya ignorancia la tuya Yugi, creí que serías más inteligente. — Cordelia evitaba mirar la escena y a su hijo que estaba derrumbándose.— tu y yo entramos a un cuarto cundo me cortaste el cabello con esas tijeras, ahí hay un cuadro el cual ambos comprobarán si es su padre el de la pintura o no. Sino es su padre lamentaré todo este mal entendido y me podré hincar a tus pies.
— Vivian... — advirtió Yami a la defensiva.
— ¿Qué? eso es lo que le gustaría, verme humillada ¿o no?
— Acepto. — acordó el menor saliendo lo más rápido de la sala caminando hacia ese cuarto secreto sosteniendo su muñeca con la esperanza que fuera una broma.
Una broma de la fiesta.
Un castigo que, de lo contrario sería una mala pasada broma.
Entró justo seguido de los demás y Cordelia adelantándose, fue al cuadro que estaba oculto bajo la sábana café vieja.
— Aquí es... — susurró Yami viendo a su madre con miedo. — mamá, hazlo.
— Y rápido para que Vivian se hinque a mis pies.
Vivian río de una manera irritante para Yugi, y los segundos parecían horas.
En cuanto Cordelia retiró la sábana dejando ver el gran cuadro enmarcado de color caoba.
El mundo guardo silencio, y una fuerte brisa azotó contra las grandes ventanas y la cortina de ahí mismo revelando lo inevitable.
— Es mi... padre... — cubrió su boca para no soltar un grito ahogado.
Pero el nudo en su garganta se hizo presente.
La figura del señor Mutou se encontraba en la izquierda detrás de Yami con una mano sobre el hombro de este brindándole todo su apoyo. Su novio, el hermano que sonreía sin preocupación mientras la que era su suegra, sonreía severa con el cabello suelto.
— Te lo dije, Yugi. Esta es tu realidad, tu verdadera vida ha sido una farsa por tu mismo padre. El te jodió la vida ¿no es admirable? — encendió la luz de la habitación admirando también la pintura. — vaya lección le dio a sus dos hijos, ¿no lo crees? — Yugi le miraba de maneras indescriptibles de odio, quería ahorcarla hasta hacerle daño. — oh, cariño, no me mires así. Ambos se ocasionaron esto, y todo se lo debemos a Yugi.
— ¿Qué dices? — intervino el mayor.
— El debió investigar bien sobre sus antecedentes de su familia, ahí encontraría las respuestas a todo esto, su origen. Al encontrar que no eras hijo biológico de Ashita, irías a los papeles que vinculaban a tu padre y seguro encontrarías que tu padre tenía otra familia por la cual preocuparse y mantener una vida "feliz". Tuviste mes y medio, no, casi dos meses desde lo de la piscina. Pero clarooo — miró hacia la ventana con una mano en la cintura soplándose las uñas.— decidiste cortejar a un psicólogo, no, tu hermano.
— Vivian, ya es suficiente. — Advirtió Cordelia rodeando el escritorio de ahí. Estaba cruzando el límite de sus palabras.
— Era de esperarse siendo tu tan repugnante como persona... pero ¿qué se puede esperar de Mutou Yugi? no, sólo Yugi.
— ¿Qué quieres decir? — el mencionado agarró con fuerza a Vivian apretándole la muñeca exigiendo una respuesta. — habla de una vez.
— De verdad creíste que eras el único para tu padre, tu y la niña genio son sólo un par de ingenuos. Después de todo, tus origines son trágicos. Vaya vida complicada ¿sabes lo que digo no? que ese amor que tu padre te dio no simplemente te lo daba a ti, sino a Yami.
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Mi pequeño problema.
Mystery / ThrillerYugi Mutou es un chico problemático debido a una dura vida que empezó a llevar a sus 13 años, su madre harta de su actitud decide contratar a un psicólogo; Yami Atemu, . Pero el problema es ¿Podrá con esta difícil tarea sin mantener otra relación q...