- ¿Qué es lo que harán? - Entraron Yami y su madre, quien seguía con la mirada sombría. El trío se separó inmediatamente.
La directora era bastante dura con todos, incluso era alguien estricta en este Internado. Yugi por su parte ni se movió, sólo miró a Yami con una sonrisa mordiendo su labio. Este puso los ojos en blanco.
- Haremos una orgía, su hijo esta invitado también. - Sonrió decorosamente Yugi.
- ¡Mutou!
- Ya ya, perdón, sólo era una broma. No aguantan nada. - Se recostó en su cama echando los brazos hacía atrás.
- Yami vino por ti para escoltarte al comedor donde te presentaremos a los y las demás Internos. - Habló la madre de Yami manteniendo su postura.- Jounochi, Honda, Ryu. Vendrán conmigo.
El trío sin remedio alguno siguieron a la madre de Yami cerrando la puerta tras de sí, dejando solos en la recamara a los tricolores.
Yami se dirigió al ropero que había específicamente para Yugi, ya que cada Internado tenía su ropero. De este sacó un uniforme de color azul, y una camisa blanca. La puso a lado de este.
- Ve a cambiarte.
- Tengo flojera de cambiarme, hágalo usted. - Sonrió cerrando sus ojos.
- No soy tu niñero para hacerlo, cámbiate ahora mismo. - Gruñó dando un golpe en el ropero logrando sobresaltar al tricolor.
- Creo que alguien necesita un round. - Río tomando el uniforme quitándose la ropa que traía para ponerse el Uniforme. Yami se dio la vuelta en seguida.- ¿Por qué se voltea? somos hombres, ni que fuera una chica.
- No es apropiado que un psicólogo vea a su paciente quitarse la ropa.
- Uy que profesional. - Acomodó su suéter dándose la vuelta, se le ocurrió algo al verlo de espaldas. Se acercó silenciosamente, dando un pequeño brinco colgándose de los hombros de Yami y rodeando su espalda con sus piernas enrollándolas.
- ¿Ahora que se supone que haces? - Murmuró cansado negado con la cabeza.
- ¡Caballito!
- Sí que eres un chico maduro.
- Tengo dieciséis años, cállese y lléveme al comedor así.
Yami como si no tuviese otra salida sostuvo las piernas de Yugi para que no cayese, saliendo de la habitación yendo directamente al comedor.
- Dígame ¿Este internado hay hombres y mujeres?- Habló el menor después de unos minutos de silencio, el pasillo era algo largo.
- Sí, sí lo hay.
- ¿Por qué? ¿No temen que alguno vaya a tener sexo por ahí?
- Hay cámaras de seguridad. - Sonrió mirándolo por el rabillo del ojo a Yugi, enseguida se volteó caminado aún.
- ¡Mierda! ¿Dónde?
El oji-carmesí río volteándolo a ver.- ¿En serio crees que te diré donde están? ni lo sueñes mocoso.
- ¡Alto ahí! ¿Por qué hace unos minutos no me llamó mocoso en frente de su madre? - Yami se tensó apartado su vista de el para mirar nuevamente al frente, se encogió de hombros.
- Perdí la costumbre en ese momento. - Tartamudeó inútilmente mordiendo su labio.
Yugi al darse cuenta de su mentira entrecerró los ojos.- No sabe mentir, Sr. Atemu.
- Cállate, ya casi llegamos.
El tricolor de ojos amatistas no mencionó nada durante el camino hasta llegar al comedor, donde para fortuna de Yami no estaba su madre. Sí lo veía así con Yugi tendría serios problemas con ella. Su sorpresa fue encontrar un fila donde al parecer se sentaban los hombres, y otra donde se sentaban las mujeres.
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Mi pequeño problema.
Misterio / SuspensoYugi Mutou es un chico problemático debido a una dura vida que empezó a llevar a sus 13 años, su madre harta de su actitud decide contratar a un psicólogo; Yami Atemu, . Pero el problema es ¿Podrá con esta difícil tarea sin mantener otra relación q...