Un bello despertar

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P.O.V Demián

Acelerando cada vez más, sintiendo el rugir ensordecedor y extasiante del motor, ésta libertad que me da el manejar mi motocicleta es tranquilizadora; iba de primero en la carrera —era de esperarse— Callan iba de tercero a punto de rebasar al tipo que iba de segundo, estabamos a punto de llegar a la meta, cuando inesperadamente un auto apareció frenando pero llevandose por delante al chico que iba de cuarto, al notar ésto paramos la carrera y como pudimos le montamos en una de las motocicletas y le llevamos al hospital más cercano, nos demoramos apróximadamente 30 minutos viendo cómo estaba, unos chicos se habían quedado en la autopista encargándose de lo del accidente, volvimos al lugar donde iniciamos, busqué a Astrid y a Yadish pero no les encontré, al preguntar por ellos me contaron lo de la pelea que tuvo Yadish y que después de eso se fueron juntos. Llamé a Yadish como diez veces, le envié más de cincuenta mensajes y no me respondía; lo mismo hice con Astrid, pero seguía sin obtener respuestas, fui a su casa y le esperé, ya que supuse que aún no habían llegado... y efectivamente no lo habían hecho, ella se estaba bajando de la motocicleta de Yadish, cuando éste se fué me acerqué a Astrid:
—¿Qué son éstas horas de llegar, señorita?— Al escucharme dió un respingo en su lugar, con la mano en el corazón, tratando de controlar su respiración volteó a verme, le sonreí.
—No vuelvas a hacer eso, a menos que desees que me dé una taquícardia.
—Está bien, lo tendré en cuenta. ¿Porqué se fueron sin avisar?
—Emmm... pues, porque Yadish tuvo una pequeña pelea con un tipo que intentaba ligar conmigo y pues después me llevó al parque de aquí cerca, sólo conversamos.— la noté nerviosa y algo soñadora... ésto no me está gustando. Aprieto mis puños por la ira creciente que me produce escucharla hablar de él... trato de controlarme para no irme de aquí a patear cualquier cosa, y dejarla hablando sola.
—Ya, pues que bien que te defendió. ¿Te hizo algo?
—No, ya te digo que el tipo solo llegó a decir una de esas frases típicas que usan los descerebrados egocéntricos, ya sabes, luego Yadish le interrumpió y se empezaron a peliar, bueno en realidad no... el tipo fue el que recibió los golpes, él no logró acertarle ni uno sólo a Yadish. —Ja, que ingenua Astrid, no me refería a ese idiota, me refería al otro idiota que la acompañó hasta su casa... pero bueno, ya qué, a fingir otra vez.
—Que bien que no logró hacer más. Ya me voy, duerme bien rara. —al darme la vuelta para seguir mi camino, Astrid me llamó.
—Hey, Demián ¿Estás bien?, ¿Pasa algo?.
—No, no es nada, tranquila, ya sé que estás bien y no te ocurrió nada, ahora estoy bien, bye rara hasta mañana.— me despedí con la mano y seguí mi camino, tan sólo escuché un suave "Adiós, sexy chico de lentes, descansa", al oír eso quedé estático en mi lugar y volteé a verle, pero ya había entrado a su casa; oírle decir ésa pequeña frase produjo un sentir raro en mi estómago, algo parecido a los nervios, pero de esos nervios tan hardcore que te hacen querer vomitar, sí así me sentí.
Al llegar a mi casa, ya mi madre y mi hermanita se encontraban dormidas, por lo que entré lo más silencioso a mi cuarto, me dí una ducha para relajarme, tan sólo me puse unos boxers y me tiré en mi cama, tomé mi celular para chatearle a Callan, quería saber cómo iba su admisión a mi instituto; sí, Callan ya había hecho papeleos para entrar en mi instituto desde el verano, pero como aún no aparecía allí, ya era tiempo de preguntarle... igual en todo éste tiempo me había olvidado de eso.

Simio Idiota:
Hey, como va lo de tu admisión?, cuándo vas a ser un estudiante más de ésta cárcel?

Rubio de Farmacia:
Asisteré en tres días, aún no había comprado mis útiles, sabes que llegué de Australia hace unos pocos días. Es tu deber como buen amigo ponerme al día con los deberes y todo eso del instituto.

Simio Idiota:
Bien, será cuando llegues allá, así hasta le doy un tour completo a la princesa si lo desea :v burro.

Rubio de Farmacia:
Gracias plebeyo que cortés de tu parte... inútil.

Fue lo último que leí antes de caer en un sueño tan profundo pero tan profundo que no llegué a oír los llamados de mi madre, hasta que una pequeña se tiró encima de mí para despertarme... hasta saltó en mi cama y pisó mi cuerpo... sí digo cuerpo porque ojala hubiera sido sólo mi mano, mi hermanita no tuvo cuidado de donde saltar hasta que me sacó el aire... ¡saltó sobre mi estómago!, vaya despertar más bello.

¡Hey, Tú! El Sexy Chico De LentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora