Un regalo inesperado

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P.O.V Astrid
—Uf... pero que escenita más tierna. —Dijo Callan al cruzar por la puerta de salida.
—Digo lo mismo.—Nos miramos y empezamos a reír.—Entonces... ¿Eres nuevo en el instituto?.
—Pues si, se podría decir... es mi segundo año relativamente. —Con sus manos en los bolsillos miró hacia un lado.
—Y... ¿Cómo es ese "relativamente"? —le miré fijo.
—Éste vendría siendo mi segundo año aquí, sólo que el año pasado fui a estudiar a Sidney... osea Australia.
—Wow que genial, ¿Porqué te fuiste?
—Por mis padres... —No terminó de hablar ya que la bendita campana sonó para dar inicio a las clases... —¿Entramos? —Señaló con una de sus manos hacia la puerta, mientras la otra aún la mantenía en su bolsillo.
—Obvio, pero debemos terminar de hablar, nos vemos en el receso ¿Ok? —Entrando por la puerta y separandonos en el pasillo, tan sólo respondió con un "Ok".
Biología junto a Benji... Wajajajaa (Introducir risa malvada) mi nuevo hermano-cuñado... agh ésto es raro (introducir cara de asco), ustedes se imaginan que dos de sus personas importantes, las cuales ves como hermanos, estén juntos y los veas besandose y agh... vómito en progreso, disculpen... iré por un basurero... el baño está muy lejos. Llegué al salón y me senté al lado de mi amigo, aunque no vi al cuatro ojos en el aula, bueno que más da.
—So, cuñado, cuéntame ¿Qué pasa? —Moviendo mis cejas le di un codazo en las costillas.
—Cashaaa, vende patria, hereje, te fuiste con un rubiecito sin felicitarme por mi noviazgo. Por cierto, ¿Quién era? Le abrazaste de lo más alegre como si fueran eternos amigos, éso sólo lo puedes hacer conmigo. —Al terminar su reclamo, se cruzó de brazos e hizo pucheros... pero que infantil. Tomé sus mejillas y las aprete.
—Aww, el nene de mamá está celoso, pero que tierno el niño. —Sentí que una mirada quemaba mi nuca, al voltear disimuladamente noté que era Demián quien nos veia fijamente desde 2 filas atrás, sin dudarlo le saludé y seguí con mi charla... venga, que no somos novios de verdad y menos en el instituto. —Bueno, él se llama Callan y es un chico raramente agradable, digo lo de raramente porque es raro y lo de agradable pues porque es agradablemente raro... hmmm... —llevé mi mano izquierda a mi mentón.—Sip, si lo es, deberías conocerlo...
—Quizás lo haga...
—Pues hazlo.—Ya para ésto último terminamos hablando en susurros, porque el maestro había llegado.
En el receso busqué a Callan en la Cafetería, estaba en la fila comprando su almuerzo, le hice señas para que se fijara en mí y que se sentara con nosotros, cuando lo hizo le llegó un mensaje de texto, al leerlo tan sólo dijo "Ya vuelvo, te dejo mi almuerzo, cuidalo por favor" y pues sí se fue. A la mitad del receso volvió con una cajita en sus manos, pero un tanto enfadado...
—Astrid, toma. —Extendió la caja celeste, tratando de ocultar su enfado. —Te lo ha enviado alguien...
Lo que leí me sorprendió, no me esperaba que él hiciera algo como ésto.

Para: Astrid.
De: Yadish.
Disculpa porque hayan pasado tantos años, pero debía devolvertela.

Es lo único que decía la tarjeta puesta a un lado de la cinta que tenía la cajita. Me levanté de mi asiento, con mi mirada aún en el regalo, y fui directo hacia mi nuevo lugar favorito, me senté bajo aquel árbol para abrir el "regalo" que Yadish había enviado... aquella vieja pulsera, no puedo creer que aún la conservara, pensé que la había votado... la nostálgia me invadió en ese preciso momento, unas cuantas lágrimas resbalaron por mis mejillas gracias a los recuerdos... odio ésto.
No noté cuando alguien se acercó y sentó a mi lado, sin decir nada... esperó a que lo determinara.

¡Hey, Tú! El Sexy Chico De LentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora