¡Hey, Tú! El Sexy Chico De Lentes

Hey, tú ¿Quién eres?

Desperté en un cuarto en donde todo era blanco a excepción de una silla y los aparatos a los que al parecer estaba conectado, junto a mi una chica dormía en el asiento ya mencionado; toqué su hombro un poco pero no se levantaba, volvi a hacer el mismo proceso solo que con un poco más de fuerza y como una niña pequeña restregó su ojo derecho, tenía unas pequeñas pestañas curvadas, sus ojos eran de un intenso café pero su brillo los hacia ver un poco más claros, sus cuantas pecas bajo los ojos la hacían ver adorable, aquellos delgados labios que se mantenían en una línea rosada me atraían, no pude evitar querer pellizcar sus infladas mejillas, al parecer lo hacía cada que se levantaba; todo lo detallé en fracciones de segundo ya que ella al notar en donde estaba y ver quien la había despertado se sorprendió tanto que no dijo palabra alguna, tan sólo se mantuvo en su lugar mirándome fijamente; en instantes sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Oye, ¿Qué ocurre?— llevé mi brazo, con un poco de dolor, hacia su rostro para limpiar una lágrima que caía por su mejilla izquierda.
—Yadish... ¡Yadish!— de un momento a otro, ya la tenía entre mis brazos, debo decir que fue grato, mientras me abrazaba sentía paz y tranquilidad, aquella que da la seguridad.
—Oye tú... ¿Quién eres?— se tensó en su posición— Disculpa, pero podrías decirme ¿Quién eres? Y ¿Qué sucedió?. —Dejó de abrazarme y volvió a su asiento, como si de un niño regañado se tratase.
—Oh, no recuerdas nada al parecer, el doctor dijo que ésto podría pasar, además te quebraste una costilla y la pierna. —señaló al yeso que yacía cubriendo mi pie izquierdo. — Soy Astrid tú... —No terminó la frase, en cambio bajó su rostro y miró a un punto en la nada— Iré por el doctor, me ha dicho que lo buscara si ocurría algo. —Rápidamente, como si escapara de algo, salió por la puerta dejandome solo y con más dudas.