Capítulo 18

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Los días pasaron y Sebastián contrato una enfermera para que me cuidara y controlará mi tensión.

Prácticamente no me levantaba de la cama, las medicinas me tenían dormida.

Ya comenzaba la época de Navidad, fuimos con los niños a escoger un árbol de navidad, antes lo hacía la diseñadora pero este año era diferente, me tenían a mi y me encanta estas fechas.

La decoradora solo nos ayudo en algunas cosas ya que la mayoría de las decoraciones fueron echas por los niños con mi ayuda. Todo quedo hermoso.

Mis hijos llegarían pronto, Sebastián se ofreció a buscarlos en su avión privado. Solo con la excusa que tenia que viajar por negocios, quise acompañarlo pero no me lo permitió.

El apartamento estaba listo, pero hasta que los niños no llegarán y yo mejorara no podía mudarme. Era una de las condiciones de Sebastián.

Estaba con los niños viendo televisión, cuando Maria entró avisando que habían llegado, salimos corriendo.
Al llegar a la sala ellos estaban entrando, al verme corrieron hacia a mi.

-Mamá!!!

Nos abrazamos. Me volteo a ver a Diana y Dylan.

-Niños les presento formalmente a Diana y Dylan.

Dylan y ellos se chocan las manos.

-Al fin están aquí. - dice Dylan.

-Deben estar cansados. - les digo.

-Si pero no importa, queremos jugar. - dice Luis.

-Vamos. - dice Dylan.

Dylan y Diana los llevan a la sala de juegos. Sebastián se acerca a mi, me abraza y me besa.

-Hola nena... Como te sientes?

-Bien amor. Feliz.

-Me alegro. Ahora si estamos completos.

-Gracias amor por hacerme la mujer más feliz.

Lo beso apasionadamente colgandome de su cuello.

Gracias a él me sentía completa, tenía a mi lado todo lo que amo. Lástima que esa felicidad estaba por acabarse.

Faltaban dos días para noche buena y quería sorprenderlos con la comida tradicional de mi país, solo tenía que conseguir todos los ingredientes. Así que le pido a Sebastián que me permita ir con Maria y Joseph a realizar las compras, el insiste en llevarme pero no lo dejo.

Recorrimos varios establecimientos de venta de alimentos y nada, habían ingredientes que eran difíciles de conseguir. Hasta que Maria me llevo a un mercado donde los vendedores eran todos latinos y los conseguí.

Ya era hora de almuerzo y me preocupaba que en casa no había quien cocinara, Sebastián estaba solo con los niños.

-Hola amor, como va todo. - dice.

-Bien cielo, ya casi termino. Me preocupa que no han almorzado.

-Tranquila eso lo resolveremos.

-Ok.. Pero...

-Termina tus compras...

*****

Sebastián....

Bueno estoy solo con los niños, veré que están haciendo y preguntarles que quieren comer.

-Hola niños.

Sin apartar la mirada del juego me saludan... Estos niños de ahora...

Diana y Luis están jugando fútbol de mesa, ellos si dejan de jugar y me saludan.

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