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El joven rubio daba las últimas vueltas por el castillo asegurándose de que todo estuviera bien, miro por la ventana y dio la vuelta, algo le llamo la atención y tras acercarse dio un salto por la sorpresa

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El joven rubio daba las últimas vueltas por el castillo asegurándose de que todo estuviera bien, miro por la ventana y dio la vuelta, algo le llamo la atención y tras acercarse dio un salto por la sorpresa. El príncipe estaba allí cruzado de brazos junto a la ventana del lado contrario.

— Príncipe — Le llamo confundido, agito su cabeza para quitar la sorpresa que el verlo le ocasiono — ¿Le sucede algo? Digo... Pensé que ya estaría dormido — Comento rascando su cabeza confundido.

— Nada importante, en realidad — Dijo dando un paso más adelante, a Len le incomodaba ser más pequeño que él en estas circunstancias — Quiero hablar con usted — Confesó, y paso a mirar por la ventana aquel azul cielo estrellado.

— Si le incomoda algo solo dígalo, lo arreglaremos de inmediato.

— No, no es nada de eso. Solo quiero saber ¿Por qué es tan cercano a la princesa? — Pregunto, y al notar la mirada confundida del rubio supo que no le entendió — ¿Ustedes tienen algo? Románticamente me refiero. — Dijo de manera directa, los ojos del rubio se abrieron de la impresión.

— No, como cree. Yo no sería capaz de sentir algo por la princesa de mi nación — Negó rotundamente — Príncipe, no hay nada entre nosotros más que una amistad y un cariño fraternal. La quiero, la quiero demasiado pero no como usted piensa, es prácticamente una hermana para mí, pese a su sangre real — Aseguró, el hombre le miro pensativo.

— Bien, entonces no deberíamos tener problemas nosotros dos — Comento, el rubio asintió ¿Problemas?

— Claro que no deberíamos tenerlos... Qué sentido tendría tener problemas con un simple mayordomo... Pero aprovechando que estamos solos, olvidare el poder que tiene y su sangre real, y le exigiré que si intenta conquistarla le apoyo, pero no le perdonare si llega a hacerle daño — Ordeno, como si los papeles se hubieran intercambiado.

El peli azul sonrió — No es mi propósito, yo quiero todo lo contrario. Jamás le haría daño — Aseguró levantando la palma de su mano derecha, como si estuviera haciendo un juramento.

— Esta bien... Por favor majestad, confié en mi palabra no pregunte a nadie más acerca de lo que siento o no por la princesa, si el rey llegara a escuchar algo así me quitara el trabajo, también el de mi hermana... y necesito el dinero más que nunca — Pidió, como si de una súplica se tratara, solo necesitaba tirarse al piso y llorar.

— Confió en su palabra Kagamine, y espero nos llevemos bien, no soy problemático, a decir verdad — Dijo el peli azul en una sonrisa.

— ¿C-como es que sabe mi nombre? — Pregunto asombrado y a la vez ligeramente intimidado.

El oji azul sonrió — Si quiero algún tipo de información lo conseguiré, puedo saber todo lo que quiera con la dedicación indicada, por eso no nos conviene ser enemigos, la princesa le aprecia bastante, y le puedo asegurar ella será mi esposa — Dijo bastante seguro. El rubio alzo una ceja, esto realmente no tenía que escucharlo.

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